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11 ago 05 El Señor de Compostela: El Retorno de Yuri (Libro 2)

Esta entrada es la parte 6 de 6 de la serie Camino de Santiago 2005

El último día de camino antes de llegar al Monte del Granito comenzó imbuido en el silencio. El pabellón en el que el Trío del Anillo había pasado la noche se encontraba inmenso en un silencio sepulcral, cosa inaudita teniendo en cuenta que el él se hallaban una veintena larga de personas. Sin embargo, ese silencio era indicativo de algo bueno: no estaba lloviendo, pese a los negros presagios del día anterior. Y, en ese silencio, la Comunidad recogió sus equipajes, y abandonaron su improvisado refugio, resistiendo la tentación de llevarse la llave como recuerdo, o de tirarla al cercano río Tambre.

Un frugal desayuno en un cercano parque fue el preámbulo de la veloz caminata que habría de llevar a nuestros héroes a Santiago. Veloz dado a que el Camino Negro así lo permitía, y debido a que el relativamente abundante tráfico así lo aconsejaba. Así fue, en apenas dos horas la Comunidad recorrió esos 11 km. finales.

Nuestros héroes, sin embargo, no entraron de manera inmediata en la fortaleza. Pararon en un lugar conocido como La Cruz de La Coruña a reponer fuerzas merced a las vituallas preparadas para ese menester el día anterior. Y así, una vez dieron buena cuenta de sus alimentos, nuestros héroes se aprestaron a afrontar el último estadío de su viaje.

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Se dió la curiosa circunstancia de que para ascender al Monte del Granito la Comunidad tuvo que descender hasta él, dado que el Camino del Rey aborda la fortaleza desde los montes del Norte. Al entrar en la urbe, nuestros bravos aventureros abandonaron, de manera casi inadvertida, el final del Camino del Rey, enlazando por la más conocida entrada a la ciudad, el Camino de los Francos, vía Camino de Juan XXIII. La ciudad se hallaba casi completamente desguarnecida, o al menos así era en apariencia, pues cuando la Comunidad se acercaba al culmen de su viaje, numerosas huestes armadas custodiaban el Monte del Granito. Estas trospas, que se encontraban allí para custodiar las honras en honor al Señor de Compostela que habrían de celebrarse dos días después, no molestaron a nuestros caminantes.

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Unos últimos metros, correspondientes a la rúa de San Francisco, separaban a nuestros esforzados aventureros de su objetivo final, y ya las afiladas agujas del Monte eran visibles desde allí. Finalmente, a las 7:23h del 23 de Julio de 2005, en el sexto día de viaje, la Comunidad se encontraba frente a frente a la puerta de entrada más famosa del Monte del Granito. Y, sin embargo, no pudieron verla; no debido a las grandes masas que pudieran ocultarla a su visión, pues en aquella señalada hora nadie más se encontraba allí, sino debido a que una estructura metálica, cargada de cargas de pólvora y pesadas pellas de fierro, estaba preparada para la majestuosa celebración que el día siguiente habría de ensalzar el poder del Señor de Compostela.

Pero el recorrido no terminaba ahí. Yuri, Pietro y Ana rápidamente se dirigieron hacia una de las entradas laterales del Monte, para contemplar sus majestuosas salas, excavadas y formadas con esa sólida roca que daban nombre al Monte, y dirigirse hacia el final del recorrido, allí donde terminaba aquella aventura: la Cripta y la Imagen.

La Imagen es una representación del Señor de Compostela con sus atributos de poder, la mágica Vieira, representación del Sol Poniente, y una maza de combate, muestra de su poderío militar, en su vertiente de Matamoros, sobrenombre ganado por sus valerosas intervenciones contra las huestes de piratas provenientes de Ar-abi. En cuanto a la Cripta, alberga los propios restos decapitados del Señor de Compostela, así como de sus dos lugartenientes, que fueron sepultados en el Monte de las Estrellas, nombre por el que era previamente conocido el Monte del Granito. La Cripta se encuentra justo debajo de la Imagen.

Cuando la Comunidad se acercó a la Imagen, tuvo la enorme sorpresa de encontrarse que las puertas mágicas que protegen los escalones que llevan a la Imagen se encontraban cerradas. Un poderoso hechizo de unos malvados Nâzgul hacía que éstas sólo se abrieran a las nueve de la mañana. Pero tales hechizos nada podían con el Poder que emanaba de la Cripta, y éstas puertas jamás podían ser cerradas.
La Comunidad bajó hasta la Cripta, y allí, frente a los restos del Poderoso Señor de Compostela, cayeron arrodillados.

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Tras rendir honores a los restos, la Comunidad recorrió en silencio las cámaras interiores del Monte del Granito. Nuestro trío de héroes se encaminó hacia el Pórtico de la Gloria, entrada principal, para cumplir con los acostumbrados ritos entrada: apoyarse en la gruteresca columna que parte en dos la citada entrada,

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y presentar los respetos, en forma de cabezazo (para impregnarse de su saber), al sabio cantero responsable de aquella magna obra: el maestro Mat< eot >.

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Yuri tuvo tiempo para contemplar detenidamente aquella estremecedora muestra del saber humano.

Pórtico de la Gloria

Sobre la puerta se alzaba, en forma de tímpano una escultura del Sumo Hacedor, flanqueado en forma de arco por veinticuatro estatuillas, representando a sus Doce Generales con distancia de Hamming. Otras figuras lo redeaban a izquierda y derecha, que Yuri no fue capaz de reconocer, pero que el Pergamino le indicaría que se correspondían a las tropas de Israel, así como a la llamada turba celeste que nadie podía contar. Y delante de ellas, cuatro estatuas, representando sus cuatro principales seguidores: el comando Neon Genesis Evangelion. Debajo del Hacedor, Santiago, representado en la solitaria columna gruteresca.

Cuatro de ocho

A ambos lados de la puerta se podían ver ocho figuras, en grupos de cuatro, representadas con pergaminos y libros. Aunque al principio Yuri no le prestó especial atención a estos grupos escultóricos, pronto se percató de que uno de los pergaminos tenía un texto labrado: Unus causa Obscuri Eri in suo throno,. Y no era el único. Cada una de las estatuas custodiaba un verso, que juntos formaban una estremecedora estrofa:

Tres Anuli causa Elforum Regum sub divo,
Septem causa Gnomorum Dominorum in lapidibus aulis regis,
Novem causa Mortalis in potestate pro exitii,
Unus causa Obscuri Eri in suo throno,
In Terra Mordor ubi umbrae sternerunt.
Unus Anulus ut omnibus regere, Unus Anulus ut omnes invenire.
Unus Anulus ut omnes conquirere et in obscurite coniungere
In Terra Mordor ubi umbrae sternerunt.

Aquello era demasiado como para soportarlo. La Comunidad salió del Monte del Granito. Necesitaban descansar, así como acreditar que habían terminado El Camino. Para esto último se dirigieron a la Casa del Deán, lugar donde La Compostela era otorgada si acreditabas haber sido capaz de aguantar el Camino, y contemplar la verdad que era revelada al contemplar el Pórtico sin perder la razón. Pero, funcionariado hasta para eso, no abrían hasta las nueve. Nuestros héroes eran los primeros en llegar hasta allí aquel día.

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No mucho tiempo después llegaron hasta allí dos Rohirrim sevillanos, con sus monturas forradas de acero. Decían haber venido desde Asturica Augusta, y rápidamente nuestros héroes hicieron buenas migas con ellos. Esta armonía pronto habría de verse alterada por la llegada de un nuevo horror. Una gorgona surgida de las brumas de la lejana Albión hizo su aparición. Tras presentarse de una manera amable, pronto empezó a incordiar, y con su maléfico poder intentaba alejar de allí a nuestros héroes y los valerosos rohirrim. Tras azotar a las cansadas bestias, y volcar sobre ellas la pesada carga que la espantosa bruja de Norte llevaba sobre sí, Yuri, al ser el único que dominaba la lengua de la Bestia, tuvo que enfrentarse a ella, conteniendo la justa ira de los jinetes sevillanos. Inicialmente no consiguió nada, así que tuvo que hacer uso de un poderoso hechizo de expulsión, que hizo mella en la espantosa hija de la gran… bretaña, por lo que ésta tuvo que retirarse. No se fue muy lejos, pues se quedó aguardando su oportunidad en la otra jamba de la puerta. Lamentablemente, muchos otros caballeros sucumbieron a los engañosos cantos de la Gorgona, y se alinearon tras ella. Iba a ser preciso combatir. “… y si encima le pegas un empujón, la muy bruja es capaz de denunciarnos por malos tratos…”, repuso un rohirrim. Por suerte, para allí se encontraba la Dama Blanca, que con sus místicos poderes del Bien, en caso de combate con la Gorgona, evitaría problemas legales.
Para añadirle más interés al asunto, la Gorgona, humillada, tuvo que recurrir a la bonhombría de Yuri, ya que, al no saber expresarse más que en aquella jerga de la lejana Albión, no podía obtener posada allí. Yuri, pese a que sus compañeros de aventura le animaban a dejar que se las compusiera sola, pensó que lo cortés no quitaba lo valiente, e hizo de traductor en el trato.
Pasadas las nueve, finalmente abrió la Casa del Deán, y rápidos como el rayo, los integrantes de la Comunidad fueron los primeros en entrar en ella. Tras una corta espera, Yuri sería el primero en obtener la preciada Compostela.

Una vez obtenida la Compostela, la Comunidad estuvo un corto espacio de tiempo charlando con los rohirrim, hasta que descubrieron que la Gorgona se encaminaba al Monte del Granito; rápidamente decidieron que no podían permitir que ese ser monstruoso llegara a la Imagen antes que ellos. Pietro lo expresó mejor que nadie: “Aunque me revienten las ampollas yo le doy el abrazo al santo antes que ella.” Y, vive diox, así fue, si bien tuvieron que sortear (“¡No se pueden tomar fotografías!”) el acoso final de dos atravesados nâzgul, que se encontraban apostados justo detrás de La Imagen:

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Lo habían conseguido; habían llegado al Monte del Granito, habían visto sus secretos, y podían volver para contarlo:

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Ya nada les retenía allí, así que la Comunidad empezó a disgregarse.
Aún habrían de tropezarse con la Gorgona en una tercera ocasión, esta vez en la Oficina de Turismo, si bien en esta ocasión suscitó más risas que odio. Pietro rápidamente obtuvo un pasaje para emprender su vuelta esa misma noche. Yuri, por su parte, aún habría de descansar unos días más en la Ponte Vieja en compañía de la Dama Blanca, antes de emprender su retorno: El Retorno de Yuri.

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FIN

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Comentarios de los lectores

  1. |

    Peaso de historia!

    Ya me han dado ganas de viajar al Monte del Destino a mí también. Y muy bueno lo de la Gorgona de la Pérfida Albión :D

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  2. |

    Gracias; me alegro mucho de que te haya gustado.

    En cuanto a lo de la Gorgona, bueno, sí, al final estábamos ya partidos de risa, pero en el momento tenía un importante mosqueo: “No me puedo creer que me esté peleando con una vieja inglesa de pelo blanco y soberbia infinita a las ocho de la mañana en Santiago mientras esperamos que nos den la Compostela. Es ridículo.”

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