El domingo 3 de abril de 2016 volví a salir a rodar con mis amigos cordobeses. Aprovechando una visita a Córdoba para la boda de mi prima Lourdes, así como una semana de vacaciones para resolver algunos asuntos en Sevilla, no iba a dejar pasar la oportunidad de volver a rodar por mi querida tierra cordobesa. No en balde estuve dando la lata a mis amigos durante más de un mes para organizar la salida. Y tras unos cuantos dimes y diretes, al final acabamos saliendo a rodar el domingo, en mi caso con unas breves horas de sueño tras la boda de Lourdes.
Quedamos a las 10:00h cinco BartoCalvos: Javi Aljama, Ángel, Mané, Inma (que se nos uniría más tarde, junto al Club de Golf) y yo. Salimos desde el Vial Norte. Era la primera vez en tres años largos que salía a rodar con Ángel, y eso ya era también algo digno de celebrar. Y con nueva montura: una excelente Ghost que le compró a Paco Herrera, en un estado excelente, y con muy poco uso. Javi vino -tarde, como suele- también con su nueva Slash de carbono. Un gran día.
Empezamos a rodar a eso de las 10:25h. Salimos de Córdoba por el Puente Romano del arroyo Pedroche, y subimos por la senda del Camino Mozárabe hasta la Carrera del Caballo. Ángel iba avisando de que estaba desentrenado, pero no paraba de tirar, como en los viejos tiempos. Yo, por mi parte, me encontraba mucho mejor de lo que esperaba con la Ghost, habida cuenta de la juega y las pocas horas de sueño, y el estar ahora más acostumbrado a rodar distancias cortas con la plegable. Pero no iba mal la cosa, nada mal.
Subimos la Loma de los Escalones, a un ritmo relajado, pero sin pausa. En mi caso, me sentía cómodo rodando, y el entusiasmo por encontrar por paisajes largamente añorados me ayudaba a disfrutar de cada pedalada. Así, poco a poco Javi y yo nos fuimos separando, para acabar llegando destacados a Doña Enriqueta. Allí, reconstruido el grupo, volvimos a seguir con el ascenso, siempre por el trazado del Camino, hasta llegar a Arrastraculos. Nuevo reto. Y de nuevo, superado con éxito, con mi segundo mejor tiempo histórico de esa pared. Si es que cuando digo que me encontraba cómodo, no es por decir.
Pero se nos estaba haciendo tarde. Habíamos quedado con Inma a las 12:30h en el Club de Golf, rondábamos ya el mediodía, y aún no habíamos llegado a Cerro Muriano. Bajamos a toda velocidad, y allí Ángel decidió seguir hacia el Club de Golf por carretera, y Mané, Javi y yo nos quedamos para hacer un pequeño tentempié.
Tras la breve parada seguimos los pasos de Ángel, y empezamos el ascenso al Club de Golf por carretera. La idea era llegar cuanto antes, para luego, si había ganas, seguir por la Pasada del Pino hasta Las Jaras. Pero por lo que estaba pudiendo ver, iba a ser demasiado para la burra. Se estaba haciendo tarde, y la gente no estaba aún en forma para una etapa con tanta exigencia.
Al poco nos encontramos los cinco. Una buena subida por carretera, tras la que decidimos recortar un poco la etapa. Tomamos el GR-48 para ir al Lagar de la Cruz. Disfrutamos de un buen tramo XC, en el que empezamos a ver nubes que amenazaban el final de etapa.
Una vez en el Lagar, hicimos una parada para tomar unas buenas cervezas, disfrutadas en mejor compañía, y decidimos dar por finalizada la etapa, ya que el día se estaba poniendo bien feo, y era ya bastante tarde.
Ángel, merced al estado un tanto precario de sus frenos, decidió bajar a Córdoba por carretera. Inma estaba al lado de casa, y Javi, Mané y yo nos decidimos por Los Morales, pero haciendo la King-Kong, recientemente abierta. Dicho y hecho, según bajábamos, empezó a chispearnos, pero no era nada que no pudiéramos afrontar. Bajamos el primer tramo de Los Morales, y luego enfilamos para la King-Kong. Y lo que Javi nos había contado de ella no era -ni mucho menos- una exageración. Un tramo salvaje, abierto a puro huevo, y con un estremecedor salto de 2 metros precedido por un palé. Espectacular.
El resto de la bajada tampoco desmerecía. Terreno virgen, recién abierto, con mucha tierra suelta y algún que otro susto. Pero sumamente divertido. Acabamos saliendo de nuevo a Los Morales, y terminamos de bajar por Sansueña. Allí Mané y yo nos separamos de Javi, y volvimos a la Asomadilla. Una etapa algo más breve de lo que me hubiera gustado, pero de la que disfruté cada segundo. ¡Gracias a los que la hicieron posible!
Los datos de la etapa son los siguientes:
Elapsed Time | Moving Time | Distance | Average Speed | Max Speed | Elevation Gain |
---|---|---|---|---|---|
00:00:00 | 00:00:00 | 0.00 | 0.00 | 0.00 | 0.00 |
hours | hours | km | km/h | km/h | meters |
Etiquetas: arrastraculos, carrera del caballo, córdoba, cerro muriano, gr-48, king-kong, lagar de la cruz, loma de los escalones, los morales, mtb
El domingo 7 de abril realicé mi primera salida en Córdoba tras las etapas realizadas por el Camino Mozárabe. Después de varias semanas, por fin volvía a salir en una etapa de montaña en condiciones, y el objetivo marcado era muy especial: subir a Torreárboles, la cota más alta de Sierra Morena en las inmediaciones de Córdoba. Así que con ese objetivo partimos pasadas las 9:00h Mané, Antonio y yo.
Cruzamos el parque de la Asomadilla y ascendimos por el Barrio Naranjo. A continuación tomamos el antiguo trazado del ferrocarril de Almorchón, y cruzamos el arroyo Pedroche por el Puente de Hierro, que se encontraba perfecto para la ocasión: húmedo y resbaladizo.
Tras cruzar -a pie- el Puente de Hierro, nos encaminamos hacia la Carrera del Caballo. Cruzamos la N-432, y por carretera subimos hasta la Virgen de Linares. Y desde allí, afrontamos la subida de la Loma de los Escalones. Dura, como siempre, pero en la que me sorprendí afrontando bastante bien -mejor que nunca, de hecho- los primeros tramos de roca viva.
Subimos sin mucha novedad, pese a lo húmedo de la caliza, la Loma. A continuación seguimos ascendiendo por el Camino, para desembocar en la subida de Arrastraculos, que hicimos también sin poner pie en tierra. Estaba siendo una mañana memorable. Desde lo alto de Arrastraculos descendimos a toda velocidad hasta Cerro Muriano, donde hicimos una parada para tomar un desayuno.
Una vez terminada la pausa, nos encaminamos hacia nuestro verdadero objetivo: Torreárboles. Volvimos sobre nuestros pasos, siguiendo las marcas del GR-48, hasta llegar a las inmediaciones de la cuesta de Arrastraculos. Desde allí seguimos las marcas, hasta que las perdimos, justo ante una cancela que obstaculizaba el paso por un camino. Bordeamos la cerca, y seguimos por la pista que transcurría a los pies de Torreárboles, rodeando el cerro. Unos 1500 metros después de la cancela, y tras hacer realizado un pequeño descenso, llegamos a una intersección del camino. Tomamos el camino de la derecha, que en una brutal subida de algo menos de 500 metros, con rampas del 15’9% nos llevó a una valla, donde volvimos a encontrar las marcas blancas y rojas del GR-48.
Dado que habíamos rodeado el cerro, y que habíamos perdido las marcas, decidimos subir por el sendero que bordeaba la verja, y en el que vimos la marca del GR, hasta lo alto de Torreárboles. Fue una subida criminal, en la que ya no sólo no fuimos capaces de ir sobre la bici, sino que en la mayoría de los tramos apenas éramos capaces de tirar de ella en la subida. Fueron 400 metros de locura, hasta coronar Torreárboles. Eran las 12:15h.
Nos quedamos un rato contemplando las vistas, y cuando íbamos a realizar el descenso, nos encontramos con una pareja de la Guardia Civil. Les preguntamos acerca del camino, para resolver dudas de si habíamos ascendido por el sitio correcto, y nos comentaron -cosa que ya conocíamos- que había problemas de paso con el dueño de una finca colindante. De hecho, ellos se encontraban allí para hacer seguimiento de una excursión del grupo A Desalambrar, a los que, en efecto, vimos realizando la ascensión. Amablemente, nos comentaron que la bajada señalizada transcurría pegada a la cerca. En efecto, justo antes de la verja que anteriormente habíamos visto me había parecido observar que había un sendero que ascendía junto a la valla, pero lo había descartado, al parecerme demasiado abrupto.
Así pues, tomamos el camino de descenso, pasando junto a las antenas de telecomunicaciones. El sendero era estrecho y a tramos peligroso, con saltos grandes sobre piedra viva, pero la mayoría del tiempo podía realizarse bien en descenso. Sin mucha novedad llegamos hasta la cerca anterior, y desde allí nos dirigimos a la ermita de Nª Sª de los Pinares. Se nos había hecho tarde para subir Los Villares, por lo que optamos por volver a Córdoba por la vía rápida: Morning Star y Loma de los Escalones.
Bajamos a un ritmo razonable -más tranquilo en mi caso- el Morning Star, con Mané y Antonio a la cabeza. Pese a bajar más relajado, aun así acabé con la manos llenas de arañazos (¡y eso que llevaba guantes largos!). Posteriormente salimos al tramo antiguo de la N-432, y desde allí ascendimos hasta la curva del Frenazo. A esas alturas de la jornada llevábamos una palicilla considerable, así que bajamos sin muchos trámites la Loma de los Escalones. Posteriormente, tomamos la carretera hasta llegar a la Carrera del Caballo, y descendimos hasta el club Asland por el tramo abandonado de la N-432. Junto al club nos despedimos de Antonio, que volvía a su casa por la Joroba de Asland y el Vial Norte, mientras que Mané y yo nos dirigimos a la Asomadilla, enlazando a través de la obra abandonada de la Ronda Norte. Por último, cruzamos el parque de la Asomadilla, para llegar a nuestras casas al filo de las 14:00h. Me había notado en un estado de forma excelente, y como en un momento dado le dije a Mané, tras el Camino, notaba que me faltaban kilómetros por hacer.
Los datos de la etapa son los siguientes:
Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Loma de los Escalones – Cerro Muriano – Torreárboles
Etiquetas: arrastraculos, córdoba, cerro muriano, gr-48, loma de los escalones, mtb, torreárboles
El domingo 27 volvimos a salir a rodar nuestro grupo de amigos ciclistas de Córdoba. Teníamos por delante una previsión de etapa brutal: subir por la Loma de los Escalones y la Cuesta de Arrastraculos hasta Cerro Muriano, y posteriormente dirigirnos hasta el Castillo del Vacar por la Vía Mozárabe. Allí haríamos un alto, y realizaríamos la vuelta hasta Cerro Muriano, para tomar el GR-48, pasar por Torreárboles y el club de Golf, antes de bajar de nuevo a Córdoba por el 14%. Una etapa brutal, de unos 65 kms. de distancia.
Con ese fin habíamos quedado a las 8:00h Ángel y su hermana Inma, Mané, Carlos, Enrique, Javi Aljama, Javi Balaguer, Marcos y yo. Nueve valientes para una etapa excepcional. Pero por distintas razones a las 7:00h nos encontramos con que tan sólo cuatro íbamos a salir: Ángel, Marcos, Javi Aljama y yo. Y Ángel iba a salir en modo embrutecido: con su Specialized Big Hit de descenso adaptada para rodar, ya que la semana anterior había fisurado el cuadro de su Ghost. Total, que iba a salir a rodar con una montura que pasaba de los 16 kilos.
A las 8:00h de la mañana, cuando salí de casa camino de la de Ángel, teníamos una mañana despejada y helada: 7ºC, y aún teníamos que salir de la ciudad. Cuando llegué a casa de Ángel éste ya se encontraba allí, y con novedades interesantes: tres colegas de Marcos del club Los Califas venían con nosotros. Molaba porque íbamos a salir con unos pros, pero todo hacía presagiar que el destrozo que nos iban a hacer en la etapa iba a ser órdago. La mala noticia es que la tija telescópica (alias tijapija) que Ángel se había visto obligado a poner en su bici de descenso para tener una buena altura de pedaleo le estaba fallando, y no dejaba de bajarse sola. Un problema que a la larga nos iba a dar muchos problemas.
Salimos del McDonald’s del Brillante a las 8:15h, y nos encaminamos al Vial Norte, para salir de Córdoba por el puente romano sobre el arroyo Pedroche. A esas alturas la temperatura ya había bajado hasta los 5ºC. La única suerte es que no íbamos a tardar en empezar a subir. Dejamos la carretera y cruzamos sobre el canal. En vez de tomar el sendero marcado por flechas amarillas, a la derecha de la casa, giramos a la izquierda, y empezamos la subida avanzando por una pequeña vaguada arbolada junto a la N-432. Una subida más suave al principio, pero con una rampas bastante fastidiosas al final.
Poco después enlazamos con la pista convencional, y seguimos ascendiendo por la Vía Mozárabe. Pasamos junto a la Virgen de Linares, e iniciamos el ascenso por la Loma de los Escalones. Una subida brutal, como de costumbre, en la que los Califas empezaron a marcar un ritmo brutal. Intentamos no descolgarnos demasiado, pero el destrozo que empezaban a hacernos a Javi, Ángel y a mí empezaba a ser vergonzoso.
Una vez pasamos la cancela, Javi tuvo que hacer una parada por problemas con la cadena de su burra, que aproveché para respirar un poco. Continuamos con el ascenso, en mi caso dejando que Ángel marcara el ritmo para recuperar un tanto el resuello. Al llegar a la zona de las calizas, me desvié un tanto por la izquierda, y continué el ascenso en solitario, hasta que en la segunda cancela alcancé a los Califas, que nos estaban esperando.
Apenas paramos unos instantes, lo justo para que Ángel y Javi se reunieran con nosotros, y continuamos con la subida. Teníamos por delante los dos kilómetros de pista de las canteras. Dos kilómetros engañosos, en los que parece que no estás subiendo, cuando en realidad llega a tener rampas del 10% con grava. Y como no podía ser menos, nos volvimos a quedar algo atrás. Nos reagrupamos de nuevo en la curva del Frenazo. Ángel optó por no parar y continuar con el ascenso. Javi, los Califas y yo descansamos un rato, antes de seguir subiendo por carretera hasta la imagen de María Auxiliadora que marca la entrada de la Cuesta de Arrastraculos.
La subida por Arrastraculos fue, como no podía ser de otra manera, brutal, aunque conseguimos subir el tramo más duro como unos campeones. Sin muchos más trámites empezamos a bajar hacia el Muriano, cuando Ángel, cerca de la entrada de Villa Alicia, sufrió un reventón en su rueda trasera. En el ínterin, Ángel me confirmo que la tija no había dejado de hundirse, lo que le había dificultado sobremanera el ascenso. Una vez finalizado el arreglo, bajamos a Cerro Muriano, y nos unimos a Marcos, Javi y los demás, en una pausa que aprovechamos para hincharnos a jeringos en un bar.
Eran las 10:30h, y llevábamos 17 kilómetros largos del recorrido. Teníamos por delante, al menos en teoría teníamos por delante 13 kms. antes de llegar a El Vacar. Sin embargo, Ángel nos confirmó lo que ya nos temíamos: con la tija en esas condiciones no iba a ser capaz de continuar la etapa en toda su extensión, y optaba por volverse. Los demás decidimos volvernos con él. Al fin y al cabo, ya habría otras ocasiones para ir a El Vacar.
De la misma manera, descartamos hacer la subida de Torreárboles. En su lugar, salimos del Muriano por camino en dirección a la antigua carretera de los Villares. Realizamos una bajada bastante divertida hasta la entrada del Cuartel, que fue grabada por Ricardo, uno de los Califas. Desde allí tomamos la carretera, e iniciamos el ascenso, sobre las 11:15h. En la subida se repitió la tónica de todo el día: los Califas por delante, y Javi, Ángel y yo a remolque. Posteriormente, los Califas y yo tomamos el GR-48 en las cercanías del club de Golf. Para no seguir con la tortura, Ángel y Javi siguieron subiendo por la carretera. Se ve que yo soy algo más masoquista. Al menos pude disfrutar bastante con la bajada hasta el cruce del 14%. Una bajada trepidante, pero en la que a punto estuvimos a punto de sufrir dos serios percances: en un cambio de rasante estuve a punto de salir despedido de la bici (perdí incluso un pedal en el aire), y Marcos reventó la rueda delantera, y estuvo en un tris de salir también despedido, si bien estuvo ágil como un gato para evitar el desastre.
Realizamos un nuevo cambio de cámara, y convencimos a Ángel de que no se bajara directamente a casa por el 14%, sino que viniera con nosotros al Lagar de la Cruz para que nos tomáramos unas bien merecidas cervezas. La verdad es que para ser una etapa abortada, estaba siendo bastante chula.
Era ya mediodía cuando enfilamos camino del Lagar de la Cruz. Se dejaba notar que estábamos en una zona más frecuentada por excursionistas, ya que el tránsito de gente, que hasta ese momento era bastante más limitado, empezó a crecer de manera desmesurada. Y así, entre pitos y flautas, llegamos al Lagar, donde nos relajamos tomándos unas cervezas bien frías al sol de noviembre. Una excelente manera de dar por finalizada la parte más difícil del día.
Reanudamos la etapa a las 12:45h. Aunque en principio íbamos a bajar por los Morales, finalmente realizamos el descenso por la carretera del Brillante. Un descenso bastante divertido, en el que no dimos ni una sola pedalada, limitándonos a dejarnos caer, aprovechar el rebufo de los demás, y adoptando posturas aerodinámicas al mejor estilo de Perico Delgado en los Pirineos.
Un descenso sumamente divertido, en el que nos fuimos pasando y repasando, entre curvas cerradas, con Córdoba al fondo. Una bajada en la que Marcos tenía las de perder, ya que llevaba una bici bastante más ligera que los demás; aun así, estuvimos todos en un puño hasta llegar a Huerta Los Arcos, donde dimos por finalizada la etapa a las 12:55h, tras 35 kms. de recorrido. Allí nos separamos los cuatro, ya que los otros tres Califas habían seguido su camino. Javi camino de su casa, y Marcos, Ángel y yo Brillante abajo, si bien yo me desvié por Sansueña poco después. Diez minutos después llegaba a casa, por una vez ¡y sin que sirviera de precedente! antes del horario previsto.
Los datos de la etapa son los siguientes:
Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Cerro Muriano – Lagar de la Cruz
Etiquetas: arrastraculos, córdoba, cerro muriano, gr-48, lagar de la cruz, loma de los escalones, mtb