24 jul 09 “En Miami siempre pasan cosas raras”
Miami tiene que ser una ciudad interesante para vivir. Una ciudad en la que la gente considera normal que dos desharrapados vayan por la calle con un tiburón de dos metros (aún vivo) a cuestas y no llamen a la policía “porque en Miami siempre pasan cosas raras”, tiene que ofrecer excitantes posibilidades de diversión inesperada.
Tiburón en el metro de Miami
Y es que eso de que te vayas a montar en el metro y lo primero que te encuentres sea un tiburón, dando aún boqueadas en el suelo, tiene por fuerza que tener su puntito. Aunque, bueno, hay a quien puede impresionarle un poco.
Por otro lado, la posibilidad de encontrarte -ficticia, claro, pero posibilidad al fin y al cabo, a Hache, el amigo de los niños, o a Sonny Crockett con su Ferrari Testarossa -horror- pintado de blanco, también es algo que contribuye a darle un peculiar sabor (diferente del escualo arrastrado) a la ciudad. Grande, sin duda, Miami.
Medidor de entropía
