07 feb 21 Etapa ciclista: Forcarey – Quintillán – A Lagoa – Castro de Muras (06/02/2021)

No tardé mucho en estrenar la nueva horquilla Rock Shox Recon que comentaba ayer. A las 9:30h de la mañana del sábado estaba ya rondando para realizar su recorrido inaugural. Salí con 4ºC y una ligera llovizna, que me acompañó -por suerte- solo durante los primeros kilómetros de la etapa. Salí de Forcarey por un camino junto al cementerio, que me llevó en primer lugar a una antena de telecomunicaciones que hay en el pueblo, y posteriormente hasta las cercanías de Las Casetas. En teoría el camino, que transcurre en paralelo a la carretera de La Estrada, tendría que haberme conducido hasta la carretera de Rozados, pero aproximadamente a la mitad, cerca de la estación de servicio, se encontraba completamente obstruido de tojos y espinos, así que no me quedó más remedio que desviarme a la carretera. Desde allí, una vez llegado a la altura del concesionario de coches, me desvié a la derecha por la carretera de Rozados. Seguí un rato por ella, hasta una pista que baja entre eucaliptos hasta la cascada de Quintillán. Una verdadera preciosidad, de la que ya nos habían comentado hace algún tiempo. Paré un rato para tomar unas fotos y vídeos, que comparto a continuación.

De nuevo en marcha, tomé la carretera para subir hasta Quintillán, si bien me desvié antes de llegar al casco urbano, por el camino del cementerio. Seguí en dirección norte por un viejo camino asfaltado, camino de mi siguiente parada: la ermita en ruinas de San Amaro. Este camino forma parte de la Ruta de los Arrieros, y probablemente de una vieja calzada romana que se puede seguir hasta Santiago.

La ermita se encuentra en un meandro sobre el río Umia, habiendo cerca de la misma un pequeño azud, que crea una represa y un salto de aguas que espero disfrutar este verano.

Dejada atrás la ermita, se llega al punto más bajo del recorrido: el vado del río Umia. Desde aquí, queda un rato interesante de subida. En primer lugar, se pasa por los núcleos de A Rúa, O Barrio y Seoane, desde donde se toma una carretera hacia el este, que se abandona, a mano izquierda, al llegar al cementerio. Se sigue un rato por carretera hasta llegar, 1km después, a una pista que surge en fuerte subida a mano izquierda. Una pista de tierra amarillenta, que se agarra al neumático como si el mañana no existiera. Esta pista, tras 2’5km, y tras varios cambios de dirección, cruces, y tipo de firme, acaba llegando a la aldea de Los Campos. Desde allí se divisa una vista estupenda del valle del Lérez y de la Sierra de Cando.

Se sale de la aldea por una pista junto a la ermita que, en ascenso, asciende hasta los campos cercanos a la Laguna Sacra de Olives, las Brañas de Xestoso. Aparte de por la laguna en sí, que es un espectáculo por sí sola, cabe la pena destacar que la zona contiene las turberas ácidas de toda Galicia, lo que se deja observar en la carencia de grandes árboles, como los que venían acompañándome durante todo el trayecto, para dejar paso a una vegetación arbustiva baja. Solía decir que esta zona se parecía una barbaridad a las Colinas Wicklow de Dublín, salvo por la ausencia de turberas. Ya no lo puedo decir.

Pasada la Laguna, se gira hacia el este, tomando una carretera que lleva a Xestoso, pero en mi caso, tomé un desvío a mano derecha, para (casi) volver sobre mis pasos, girando al sur en una serie de caminos embarrados que me habrían de llevar -en falso llano pero en general descendiendo- hasta Castro de Muras. Se notaba, sobre todo al principio, que era zona de turberas. Me estaba poniendo hasta arriba de fango negro.

Se llega a Castro de Muras en un divertido descenso por pista, que nos devuelve al río Umia, junto al que hay algunos estupendos ejemplos de molinos, con sorprendentes acequias para encauzar el agua hasta ellos, o bien ubicados directamente sobre el cauce.

Para llegar a Castro de Muras hay que iniciar un nuevo ascenso, que ya no parará hasta llegar a la Forca da Loba y el Coto Vello, que constituyen la cota máxima de la etapa (704msnm). Desde allí se hace un divertido descenso por pista hasta llegar a la carretera de Rabadeieras, desde donde se vuelve a enlazar con Las Casetas. Mi idea inicial era bajar por Las Rabadeiras hasta Córneas, y desde allí subir por otra pista que lleva al cementerio de Forcarey, pero volvía a llover un poco, y decidí acortar la etapa. Sin embargo, no pude resistirme a intentar el primer camino de la mañana, pero entrando esta vez por arriba. No duré mucho por él: unas enormes balsas de agua me dejaron clavado, y tuve que echar pie a tierra para cruzarlas. Llegados a una plantación de eucalipto el camino se desvía a la izquierda, pero por error seguí de frente hasta llegar a una finca sin salida. En vez de dar la vuelta, y dado que la finca presentaba una puerta a la carretera de Forcarey, decidí dar la etapa por finalizada y volver por carretera, dejándome caer -por una vez- y llegando a Forcarey en descenso, tras un total de 30’010km de etapa. Un más que buen estreno para la Recon, que además se portó de lujo.

Datos de la etapa

• Distancia: 30’010km
• Distancia (según el GPS): 30’01km
• Altitud ascendida: 545m
• Tiempo de etapa: 2:23:36
• Tiempo desde el inicio de la etapa: 3:06:01
• Calorías consumidas: 2806kcal

Etiquetas: a lagoa, castro de muras, forcarey, mtb, quintillán, río umia