Domingo 7 de julio. Estás tranquilamente en tu casa, trasteando con una capturadora de TV cuando, empiezas a escuchar, muy lejos y muy bajito, algo como lo que sigue:
Llevas puestos unos cascos, y piensas que quizás estás captando una emisión extraña de la capturadora. Te los quitas, y lo escuchas aún más claro. No es la capturadora. Preguntas a la jefa, que está abajo, en el salón, estudiando para las oposiciones, si ha encendido la tele, o algo. Respuesta negativa. Y entonces lo recuerdas: ah, claro, es que vivo cerca del campo de fútbol.
Pero un momento. This is NOT Anfield. Lo que hay ahí cerca es el campo de fútbol municipal de Santiponce. No es este:

Este (aunque podría haber sido interesante) tampoco:

El campo de fútbol de Santiponce es este:

Subes a la azotea, y la sospecha se confirma: hay movimiento en el campo de fútbol, y a algún jashondo se le ha ocurrido enchufar en la megafonía el You’ll Never Walk Alone para dar algo de ambiente y colorido a las ehm… ¿gradas? La cosa es que aún no me ha quedado muy claro si el C.D. Santiponce jugaba hoy ahí.
Las cosas que pasan en los pueblos, válgame Diox…