09 sep 08 sertorio, virtualizado

Esta semana he acometido un gran cambio en mi servidor, el que alberga este diario en línea, y mi galería fotográfica personal: aprovechando que mi padre se ha comprado un equipo nuevo, con una potencia brutal (Quad Core a 2’6 GHz, 4 GB de RAM, 500 GB de disco duro SATA a 7200 rpm), he decidido instalarle un sistema de virtualización, y reemplazar mi servidor físico por una máquina virtual sobre el Pc de mi padre.

Hubiera querido usar un sistema Xen o VMware ESXi, pero como implicaría algunas molestias en el uso del sistema operativo “por defecto” para el usuario normal, he tenido que usar VMware Server. Para mi máquina virtual sertoriana he reservado 30 gigas de disco, un giga de RAM, y el uso compartido de dos de los cuatro núcleos del microprocesador. Con todo ello, la mejora con respecto al último servidor “real” (Intel Pentium III a 733 MHz, 384 MB de RAM, 20 gigas de disco duro IDE) debería ser más que evidente.

Otra de las razones para el cambio ha sido el ahorro energético: con ello he podido ahorrarme el tener una máquina encendida 24 horas, sobre todo teniendo en cuenta que habitualmente mi padre suele tener su Pc encendido permanentemente. Ahora va a tener que tenerlo así de manera obligatoria, pero al menos será una máquina, en vez de dos.

Ya de paso, he aprovechado para actualizar algunos paquetes software relacionados con el diario en línea y el sistema de galería (aparte del consiguiente uso de una Debian nuevecita). Aún queda una actualización pendiente, esta vez software: la actualización a la rama 2.6 del sistema WordPress. Esto es debido a algunos problemas en el cambio de versión del paquete en Debian (no directamente, sino en uno de los paquetes necesarios, tinymce, para ser exactos).