29 dic 09 Juegos para un fin de año

Llevo ya, afortunadamente, unos cuantos días de vacaciones, en los que he estado en casa, con mi familia, y pudiendo salir de farra y gamberreo con mis amigos, como no lo hacía desde hace tiempo. Y uno de los pequeños placeres que estamos redescubriendo es el de los juegos de tablero. Hacía mucho tiempo que sólo jugábamos a alguno de ellos en las grandes reuniones (perol de primavera, fiesta de verano, fin de año…), pero estos días estamos quedando por las tardes para jugar a juegos de tablero. Bien es verdad que el clima está ayudando: cuando no deja de llover en toda la semana, no es que apetezca mucho salir a la calle a mojarte.

Para este fin de año, en el que vamos a pasar unos cuantos días en un cortijo aislado en mitad de la nada, tenemos unos cuantos juegos preparados para amenizar las largas, frías y lluviosas tardes campestres:

• Risk: El juego estrella, sin lugar a dudas. Juego de estrategia en el que habrás de dominar el mundo (o al menos, un par de continentes), machacar a alguno de tus rivales, o a todos ellos, si se tercia. En grandes tardes de verano se han gestado invasiones de Asia desde los confines de Oceanía, se ha luchado en guerras de trinchera por toda Europa, se ha usado África como pasarela hacia Sudamérica, y se ha peleado por cada palmo de terreno en Norteamérica. Su ambientación en la época de las Guerras Napoleónicas le da un sabor ciertamente interesante, que aún no hemos aprovechado en la medida de su valor en lo tocante a acompañamiento sonoro y similares. Habrá que tomar nota.

• Monopoly: Un clásico entre los clásicos, pero que cuenta grandes detractores por la duración de sus partidas. Esta duración, se debe (aparte de la procurada por la propia mecánica del juego), a que permitimos por lo general la realización de pactos entre los jugadores, en los que se permite construir en zonas de calles ocupadas por más de un jugador. Quizás en nuestro caso, el nombre más adecuado fuera El Consorcio.

• Bang!: El juego revelación. No conozco a nadie que, una vez puestos en juego, haya jugado a él menos de tres horas seguidas. En jornada inaugural echamos siete horas seguidas jugando… ¡de once de la noche a seis de la mañana! La mecánica del juego es simple, pero apasionante: los jugadores interpretan los papeles de sheriff, ayudantes de sheriff, forajidos y renegado, sabiéndose sólo quién es el sheriff. El sheriff ha de acabar con renegado y forajidos, los forajidos con el sheriff, los alguaciles defender al sheriff, y el renegado ha de ser el último jugador de la partida, habiendo asesinado al sheriff en último lugar. Grande, Javi, por habérnoslo descubierto. Dispongo ya de varios gigas de bandas sonoras de películas del Oeste (con preferencia de Ennio Morricone) para ambientar las partidas.  Y es que… ¿quién no ha querido sentir alguna vez que sería ser Clint Eastwood en películas como La Muerte tenía un precio, El bueno, el feo y el malo, o Dos mulas y una mujer?

• Arkham Horror: Tengo grandes esperanzas en este juego, pero no acaba de arrancar. Está ambientado en Arkham, la ciudad ficticia donde H.P. Lovecraft situaba gran cantidad de sus relatos de terror. Los jugadores son investigadores que deben impedir el despertar de los primigenios, seres extraterrestres que quieren dominar (o arrasar) la Tierra. El es juego con mecánica más compleja de los citados hasta ahora (de ahí los problemas para convencer a la gente a jugar), pero es esto mismo lo que permite unas partidas de una tensión y diversidad inusitadas. Juego que me fue descubierto por mi gran amigo Luis, y que a punto estuvo de hacerme traer desde Barcelona, durante un viaje de empresa en el que iba más cargado que una mula (cosa que estuvo a punto de buscarme un problema en el aeropuerto de El Prat).

• El Golpe: Are you from the past? Una edición revisada del clásico de nuestra infancia (al que, por cierto, sólo jugaron en su momento un par de nosotros). Los jugadores interpretan a las familias dominantes de una república bananera, en la que deberán repartirse los resortes de poder del gobierno, visitar a sus amantes, asesinar a sus rivales políticos, amañar elecciones, derrocar al presidente del gobierno, y practicar la evasión de capitales a Suiza para ganar la partida. Es un juego en el que importan más las negociaciones, pactos y chanchullos entre jugadores que las propias reglas en sí. Y eso, teniendo en cuenta a la sarta de manipuladores de opinión y picados de la negociación que contamos entre nuestras filas, no puede dejar de ser sino un éxito seguro.

• Munchkin Cthulhu: El recién llegado. Munchkin es una versión gamberra en cartas de los juegos de dungeon, en los que tienes que explorar niveles, y matar a los monstruos que te puedan surgir, y hacerte con el tesoro. Teniendo en cuenta que el lema del juego es “Mata a los monstruos. Roba el tesoro. Apuñala a tus amigos”, es fácil hacerte a la idea de por dónde respira el juego. En esta edición se ambienta el juego en el mundo de H.P. Lovecraft, con lo que puede pasar que un jugador tenga que enfrentarse con “_l M_nstr__ S_n V_c_l_s”, los “Ángeles descarnados de la noche ibicenca”, o con el “Gorrón en el umbral”. Algo disparatado, sin lugar a dudas.
• Barajas de cartas: No digo más: mus, culo, poker…

Este va a ser un gran fin de año.

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