Odio Sevilla. Pero de verdad. Me han robado el sillín de la bici. El primer día que la sacaba a la calle. En un aparcamiento de bicis vigilado. Justo delante de una cámara de seguridad. Al lado de una comisaría de policía.
[...] Hoy tenía previsto haber empezado hablando del comienzo del entrenamiento para ponerme en forma a fin de no hacer un papel demasiado lamentable en la realización del Camino de Santiago, allá por Semana Santa. Sin embargo, el robo sufrido esta mañana me ha hecho cambiar el tercio de manera sumamente desagradable. Aún me escuece. Más que el robo (22 lerus, incluyendo tija, sillín y un tercer pitón -por si las moscas-) lo que de verdad me escuece es la sensación de que en esta ciudad dejada de la mano de Diox no puedes ir seguro por la calle. Aunque también tiene sus cosas buenas: mientas que en Córdoba tuve que sudar tinta para encontrar una tija de 26 mm. (para esta misma bici) -al final cayó en Cabello o, como la llaman los de Agacha El Lomo, el Descabello-, aquí la he encontrado fácil y a buen precio. [...]
Si hubiera sido en Las Vegas, ya habría venido el CSI a por la grabación de la cámara, hubieran tomado huellas, localizado al chorizo en alguna base de datos del gobierno y… lo hubieran mandado a la silla eléctrica, pero eso no viene al caso ^__^U
Si los policías se llevaran comisión por detener a los chorizos…
Sí, muy probablemente. Pero al fin y al cabo, eso es una ficción. Aquí, si acaso, se comportarían como “Los Hombres de Paco” (¡o peor aún, como en “Sevilla Connection”!), así que al final me veo a mí mismo detenido por secuestrar mi propio sillín y pedir rescate, habiendo hecho una denuncia falsa.
Por cierto, mucho tiempo ha que no te leía por aqui, Mr. Jaime.
Firmas digitales Dado que la cosa ha suscitado bastante interés, voy a extenderme un poco en el tema de las firmas digitales.
Las firmas digitales surgen para resolver dos problemas bien diferenciados, pero íntimamente relacionados entre sí: poder saber que un texto no ha sido modificado por alguien ajeno al remitente en primer lugar, y poder identificar de manera unívoca al autor de ese texto. Ese problema queda resuelto de una manera bastante adecuada con las firmas digitales.
[...] Hoy tenía previsto haber empezado hablando del comienzo del entrenamiento para ponerme en forma a fin de no hacer un papel demasiado lamentable en la realización del Camino de Santiago, allá por Semana Santa. Sin embargo, el robo sufrido esta mañana me ha hecho cambiar el tercio de manera sumamente desagradable. Aún me escuece. Más que el robo (22 lerus, incluyendo tija, sillín y un tercer pitón -por si las moscas-) lo que de verdad me escuece es la sensación de que en esta ciudad dejada de la mano de Diox no puedes ir seguro por la calle. Aunque también tiene sus cosas buenas: mientas que en Córdoba tuve que sudar tinta para encontrar una tija de 26 mm. (para esta misma bici) -al final cayó en Cabello o, como la llaman los de Agacha El Lomo, el Descabello-, aquí la he encontrado fácil y a buen precio. [...]
Si hubiera sido en Las Vegas, ya habría venido el CSI a por la grabación de la cámara, hubieran tomado huellas, localizado al chorizo en alguna base de datos del gobierno y… lo hubieran mandado a la silla eléctrica, pero eso no viene al caso ^__^U
Si los policías se llevaran comisión por detener a los chorizos…
Sí, muy probablemente. Pero al fin y al cabo, eso es una ficción. Aquí, si acaso, se comportarían como “Los Hombres de Paco” (¡o peor aún, como en “Sevilla Connection”!), así que al final me veo a mí mismo detenido por secuestrar mi propio sillín y pedir rescate, habiendo hecho una denuncia falsa.
Por cierto, mucho tiempo ha que no te leía por aqui, Mr. Jaime.