Odio Sevilla. Pero de verdad. Me han robado el sillín de la bici. El primer día que la sacaba a la calle. En un aparcamiento de bicis vigilado. Justo delante de una cámara de seguridad. Al lado de una comisaría de policía.
Hay que joderse.
Antropológicamente trapalleiro
Odio Sevilla. Pero de verdad. Me han robado el sillín de la bici. El primer día que la sacaba a la calle. En un aparcamiento de bicis vigilado. Justo delante de una cámara de seguridad. Al lado de una comisaría de policía.
Hay que joderse.
Si hubiera sido en Las Vegas, ya habría venido el CSI a por la grabación de la cámara, hubieran tomado huellas, localizado al chorizo en alguna base de datos del gobierno y… lo hubieran mandado a la silla eléctrica, pero eso no viene al caso ^__^U
Si los policías se llevaran comisión por detener a los chorizos…
Sí, muy probablemente. Pero al fin y al cabo, eso es una ficción. Aquí, si acaso, se comportarían como «Los Hombres de Paco» (¡o peor aún, como en «Sevilla Connection»!), así que al final me veo a mí mismo detenido por secuestrar mi propio sillín y pedir rescate, habiendo hecho una denuncia falsa.
Por cierto, mucho tiempo ha que no te leía por aqui, Mr. Jaime. 😀