26 abr 07 Al fin funciona el ascensor

Cuando entré a vivir en este piso, allá por octubre del año pasado, una de las cosas que me vendieron para que aceptara quedarme fue el hecho de que era un tercero, sí, pero con ascensor. Bueno, en realidad el ascensor lo estaban instalando, “pero la obra ya está casi terminada, así que podremos disfrutarlo en breve”.

Efectivamente, así era. Estaba casi terminado. De hecho, en enero estuvo terminado. Un alarde de eficiencia. Nos las prometíamos muy felices, con el ascensor nuevecito y todo eso. Pero claro, nada más terminar la obra, obviamente, no lo pusieron a funcionar. Veíamos cómo lo iban probando, unas veces en una planta, otras en otra, y así.

Y un día, de buenas a primeras, dejaron de usarlo. Pero no lo abrieron. El ascensor permaneció misteriosamente cerrado. En el piso lo achacamos a que era el primero de los cuatro que componen el bloque en estar terminado, y hasta que no estuvieran los cuatro y vinieran a hacer la inspección no lo pondrían en marcha. Así que no volvimos a pensar en ello, ya que aún se veían obras en los otros portales.

Pero un día, allá por primeros de marzo, las obras terminaron. Sin embargo, el ascensor, oh misterio, seguía sin uso. De hecho llegué a pensar que me iba a ir del piso, cosa que sucederá a no mucho tardar, sin catar el ascensor. Pues no: hoy ha llegado David, uno de mis compañeros de piso, con la enorme noticia de que ya funciona. Había pulsado el llamador, como siempre hace medio en serio, medio en broma, y ante su sorpresa la puerta del ascensor se abrió de par en par. Así que hoy estamos de estreno. Sólo han tardado tres meses -manda narices- en poner en marcha un ascensor terminado.