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25 dic 23 Una canción de Navidad

Hace algunas semanas fallecía Shane MacGowan, compositor y poeta irlandés, mundialmente conocido por ser el líder de la banda de punk celta The Pogues, y el cantante con la peor dentadura del mundo. Llevaba años con una salud delicada, y este diciembre no fue capaz de superar la neumonía que lo acabaría llevando a la tumba. Fue un hombre que vivió la vida intensamente, pero que también consiguió hacer que su funeral tuviera la misma intensidad. Y no solamente por haber dejado pagadas 10.000€ en cervezas para los asistentes a su velatorio en Nenagh (condado de Tipperary, Irlanda). Ya por esto hubiera sido algo memorable, pero es que al mismo asistieron personalidades como Johnny Depp, Nick Cave, Glen Hansard y el mismísimo Presidente irlandés Michael D. Higgins, siendo necesario, para poder acceder al mismo, pases de concierto y cordones para atravesar las puertas, custodiadas por 10 personas.

Todo esto ya era de por sí impresionante, pero el culmen se alcanzó durante la ceremonia en su honor en la iglesia de Nenagh, donde Glen Hansard (mundialmente famoso por el musical ‘Once’) y Lisa O’Neill (también una afamada cantautora) interpretaron una de las canciones más conocidas de MacGowan, Fairytale of New York, junto con The Pogues, que se unieron de nuevo para dar un último homenaje a MacGowan. No tiene desperdicio, sobre todo al ver al presidente irlandés, en primera fila del funeral, seguir el ritmo de la música. Aquí lo dejo:

No se me ocurre mejor homenaje, y es una estupenda canción de Navidad. Muy particular, pero qué no lo era en el caso de Shane MacGowan.

Decía antes que Fairytale of New York fue el último homenaje a MacGowan, lo que no es del todo exacto. Se despidieron de él interpretando una versión de The Parting Glass, que también merece la pena ser escuchada:

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21 sep 21 Los bombardeos alemanes de Irlanda durante la II Guerra Mundial

Uno de los recuerdos que más afloran de mi memoria de cuando vivía en Dublín es la impresión que me causó el centro de la ciudad. Impactaba el que pudieras encontrar, junto a maravillas como el Trinity College, la General Post Office, o en zonas tan estupendas como St. Stephen’s Green, y prácticamente sin solución de continuidad, edificios tremendamente degradados, algunos por el paso de las décadas, y otros directamente por tropelías urbanísticas.

163 - 167 James Street, Dublin

163 – 167 James Street, Dublin

23-25 Fenian Street

23-25 Fenian Street

Alguna que otra vez bromeé diciendo que a estas zonas le hubiera venido bien, para mejorar su estética, el sufrir un bombardeo de la Luftwaffe, sabiendo como sabía que Irlanda había sido un país neutral durante la II Guerra Mundial, y como tal -pensaba yo- había quedado libre de los horrores de la guerra, y del posterior proceso de reconstrucción por el que tuvo que pasar Centroeuropa en las décadas posteriores. Pero quién me iba a decir a mí que no podía estar más equivocado, y que la Isla de Irlanda también sufrió los embates de la guerra, materializados en bombardeos -precisamente- de la aviación alemana. Y es que esta es una historia bastante desconocida para la mayoría de los españoles.

El Bombardeo de Belfast. Belfast Blitz

Es preciso empezar esta historia algo más al norte. Recordemos que en la Isla de Irlanda existen dos países: la República de Irlanda, y el Reino Unido de Gran Bretaña, que incluye Irlanda del Norte. Si bien la República ganó su independencia del Reino Unido en 1922, tras el Alzamiento de Pascua de 1916 y varios años de guerra y siglos de dominación, seis condados del norte de la Isla cuya población era mayoritariamente protestante permanecieron en el Reino Unido, hecho que causaría graves consecuencias en las décadas posteriores. La ciudad más importante de estos condados, y que pasaría a ser la capital de Irlanda del Norte, era Belfast, que contaba con una potente industria naval, así como de represantación gubernamental por parte de la Corona. Al estallar la II Guerra Mundial, la ciudad -debido precisamente a esta industria estratégica en tiempos de guerra- pasó a ser un posible objetivo de los alemanes, a diferencia de lo que ocurriría con la República, que permaneció neutral durante la guerra, y que en todo momento mantuvo contactos diplomáticos con el III Reich.

WORLD WAR II: BELFAST AIR RAIDS. BRIDGE STREET. 4/5 May. Bridge Street/High Street.

WORLD WAR II: BELFAST AIR RAIDS. BRIDGE STREET.
4/5 May. Bridge Street/High Street.

La II Guerra Mundial empezó con la toma de Polonia por parte de Alemania, y la declaración de guerra por parte de Francia y Reino Unido a este último país, pero en los primeros meses de guerra se vivió una inusual calma en el frente occidental, la conocida como drôle de guerre. Calma que no duraría mucho, ya que fue seguida por el espectacular ataque y derrota de Francia con las tácticas alemanas de la Blitzkrieg. El siguiente paso era Inglaterra, y a diferencia de la conquista de Francia, el peso de las operaciones los llevó el arma aérea alemana, con una serie de ataques y bombardeos que pasarían a la historia como El Blitz. Si bien el Blitz tuvo su foco en las ciudades inglesas y galesas, no fue desdeñable el impacto que sobre otras ciudades británicas tuvo esta parte de la guerra: bien conocidos son los ataques sufridos por Londres, Coventry, Manchester, Cardiff, Liverpool o Sheffield. Y Belfast no se iba a quedar al margen.

Belfast tras el Blitz

Belfast tras el Blitz

El Blitz de Belfast tuvo lugar en cuatro oleadas:

  • El primer raid ocurrió la noche del 7 al 8 de abril de 1941. Fue un ataque pequeño, probablemente con el objetivo de probar las defensas antiaéreas de la ciudad, y tuvo como objetivo principal los muelles de la ciudad, si bien diversas zonas residenciales de la ciudad fueron también alcanzadas.
  • El segundo ataque, y el de más importancia, tuvo lugar el día 15 de abril de 1941, Martes de Pascua. Este ataque tuvo como objetivo las industrias manufacturaras de las ciudad, que fueron atacadas con bombas explosivas de gran potencia, bombas incendiarias y minas terrestres. Este ataque afectó a zonas densamente pobladas del centro de la ciudad, lo que causó la muerte de 900 personas, y heridas a 1500. 55.000 casas sufrieron daños durante el bombardeo, y al menos 100.000 personas quedaron temporalmente sin hogar. El ataque empezó a las 22:40h, y en él participaron 150 bombarderos alemanes, que no tuvieron oposición por parte de la RAF, y apenas una pequeña respuesta por parte de los antiaéreos de la ciudad. El ataque se prolongó hasta las 5:00h del día siguiente.
  • El tercer ataque, conocido como Fire Blitz, tuvo lugar la noche del 4 al 5 de mayo de 1941. En este ataque, en el que se utilizaron gran cantidad de bombas incendiarias, murieron 150 personas.
  • El cuarto y último ataque tuvo lugar en la noche del 5 al 6 de mayo.
Belfast tras el Blitz

Belfast tras el Blitz

Además de estos grandes ataques dirigidos sobre Belfast, hubo una serie de bombardeos preliminares sobre Irlanda, posiblemente provocados por aviones alemanes que fallaron sus objetivos en Glasgow y otras ciudades del norte de Inglaterra. Recordemos que la orientación en aviación en aquellos años aún no estaba tan perfeccionada como en la actualidad, y era sencillo desorientarse y perder el rumbo, especialmente en vuelos nocturnos. Estos pequeños ataques tuvieron lugar a finales de marzo de 1941.

Belfast tras el Blitz

Belfast tras el Blitz

Los bombardeos de Dublín

La República de Irlanda no se mantuvo ajena a estos bombardeos. El Taoiseach Éamon de Valera protestó de manera formal ante el gobierno aleman, argumentando que los norirlandeses también eran “nuestra gente”. Además de esta protesta formal, apenas dos horas después del bombardeo del Martes de Pascua, bomberos del lado sur de la frontera (71 hombres y 13 camiones) se desplazaron a Belfast para ayudar en los esfuerzos para extinguir los incendios provocados por las bombas alemanas. Dichos bomberos se desplazaron desde Dundalk, Drogheda, Dublín y Dún Laoghaire. Esta última acción se apunta como una de las posibles causas del posterior bombardeo alemán de Dublín. Éste se produjo el 31 de mayo de 1941, en el que 4 bombas alemanas cayeron en el barrio de North Strand, en el norte de Dublín, matando a 28 personas, y dañando entre otros la casa del Presidente de la República.

En toda Irlanda se registraron los siguientes bombardeos alemanes:

  • 26 de agosto de 1940: Cinco bombas alemanas cayeron Campile, en el Condado de Wexford, en un ataque diurno, en el que murieron tres personas. Por este ataque el Gobierno del III Reich pagó en 1943 indemnizaciones por valor de 9000£ de la época.
  • 20 de diciembre de 1940: Dos bombas cayeron sobre Dún Laoghaire, hiriendo a tres personas. Posteriormente, una tercera bomba cayó sobre Carrickmacross, en el condado de Managhan, hiriendo a una persona.
  • 1-2 de enero de 1941: Se registraron bombardeos en los condados de Meath (cinco bombas, sin muertos ni heridos), Carlow (una bomba, tres muertos y dos heridos), Kildare (tres bombas, sin bajas), Wicklow (dos minas y tres bombas, sin bajas) y Dublín (varios heridos).
  • 31 de mayo de 1941: El mayor ataque recibido en la República. El ataque empezó en la madrugada, cuando varios bombarderos alemanes empezaron a sobrevolar la ciduad. Al principio las fuerzas de defensa irlandesas lanzaron bengalas con los colores de la bandera irlandesa para advertir a los alemanas de que se encontraban sobrevolando territorio neutral, pero poco después, tras verificar que seguían sobrevolando la ciudad en círculos, empezaron a abrir fuego. En un primer momento cayeron tres bombas en las cercanías del Phoenix Park, que afectaron a varias viviendas y dañaron la casa oficial del Presidente de la República, además de provocar diversos heridos. Fue la cuarta bomba la que causó el mayor daño, al caer entre Seville Place y Newcomen Bridge, donde destruyó 17 casas, dañó otras 300, mató a 28 personas e hirió a otras 90.
  • 2 de junio de 1941: Bombardeo de Arklow, sin bajas.
  • 24 de lulio de 1941: Bombardeo de Dundalk, leves daños materiales.
Memorial del bombardeo en North Strand

Memorial del bombardeo en North Strand

Para finalizar, en cuanto a las razones de los bombardeos sufridos por la República, se han apuntado diversas causas:

  • La ya citada posible reacción de represalia ante la ayuda prestada desde el lado sur de la Isla a Belfast tras el bombardeo de Pascua, con el fin de mandar una “advertencia” al Gobierno de Dublín para mantenerse neutral en la guerra.
  • Errores de navegación o mala identificación de objetivos. Como ya se ha apuntado, las técnicas de navegación aérea no estaban por entonces completamente desarrolladas, y es posible que los aviones alemanes sufrieran este tipo de errores. Esta hipótesis se refuerza por los mensajes de German Radio durante la guerra, dependiende del Ministerio alemán de Propaganda, indicando que no era posible que los alemanes bombardearan intencionadamente Dublín. Además, el pago de indemnizaciones por los bombardeos durante la guerra parecen ir en ese sentido.
  • Una tercera hipótesis, emanada de unas declaraciones de Winston Churchill tras la guerra, van en la línea de que desde Reino Unido se utilizó un sistema para perturbar el sistema de guiado por radio de los bombarderos alemanes en sus ataques contra Reino Unido, que tuvieron como efecto colateral el desviarlos de su rumbo y provocar bombardeos sobre Irlanda.
  • …y una combinación de varios o todos los anteriores.

Referencias

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29 mar 21 El último viaje del Mercedes

El recordatorio más grande -al menos en tamaño- que teníamos de nuestro periplo irlandés era un Mercedes C180 Sportcoupe de 2002. Fue el coche que nos compramos al año de estar allí, y con el que nos recorrimos la Isla Esmeralda de punta a punta. Desde Tramore a La Calzada del Gigante, y de Dublín a los Acantilados de Moher. Incluso al remoto Condado de Kerry, y la estupenda Killarney, por no olvidar la muy especial Sligo, así como Carlingford.

Volvimos a España con él, cargados hasta los topes, y con un cofre lleno de trastos y de recuerdos. Solía decir que me valía con que el coche llegara a Santiponce, e hiciera un kilómetro más, pero no sólo fue capaz de eso, sino que nos recorrimos también España de punta a punta: Almería, Cuenca, Bilbao, toda la costa Cantábrica hasta Galicia, y por supuesto, Pontevedra, y desde ahí hasta abajo por la Ruta de la Plata. De hecho, tengo la sensación de que le hemos hecho más kilómetros en España que en Irlanda. Por no olvidar toda Francia desde Roscoff a San Juan de Luz, pasando por Burdeos.

Era un coche tremendamente divertido de conducir, con esa estupenda tracción trasera, su motor de 2 litros, y los 130 caballos de pontencia que desarrollaba. Pero toda historia llega a su fin, y tras más de un año sin conducir el Mercedes, y no teniendo sentido -desde el punto de vista económico- rematricularlo en España, y siendo un coche (volante a la derecha) que nadie compraría en España, hoy lo hemos vendido para desguace. Ha sido una pena verlo partir, pero no he podido menos que adecentarlo, para que en su último viaje luciera tan estupendo como en todos estos años en los que nos ha hecho felices.

Adiós, viejo amigo. Ojalá que todos los coches que tengamos nos salgan tan estupendos.

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26 ago 19 Segundo aniversario del retorno desde Irlanda

Tal día como hoy, hace dos años, abandonamos Irlanda para volver a España. Fueron dos años, exactamente dos, ya que llegamos a Dublín un 26 de agosto de 2015, los que estuvimos viviendo en la Isla Esmeralda. Y la última imagen que tuvimos de la isla fue la de la ciudad costera de Cobh.

Cobh. Última foto que tomé de Irlanda desde el ferry

Cobh. Última foto que tomé de Irlanda desde el ferry

Dos años han pasado desde entonces. Dos magníficos años, que han seguido a otros dos excepcionales. Y que me hacen recordar, con enorme cariño, a las excepcionales personas que conocí allí. Esta noche brindaré por ellos con un excelente whiskey. Irlandés, por supuesto. Sláinte!

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17 dic 18 Arce japonés

Cuando volvimos de Irlanda e hicimos la reforma de la casa, una de las cosas que hice fue plantar el árbol que más me recordaba nuestra estancia allí. Irónicamente este árbol es el arce japonés. Cosas de haber visitado los maravillosos jardines de Powerscout en otoño, donde pudimos contemplar su excelente jardín japonés, uno de los mejores del país. El caso es que el arce japonés es bastante popular en la isla, y es fácil encontrarlo en los más insospechados lugares de Dublín y sus alrededores.

A la vuelta, como decía, quería algo que me recordara nuestro tiempo allí, y me decidí por plantar uno de estos árboles. Lo plantamos el pasado otoño, apenas un par de ramas completamente peladas, y hasta la primavera no empezó a tener yemas. Pronto fue una explosión de color. Verde, claro. No podía esperar a que llegara el otoño para contemplar el impresionante tono rojo que tanto echaba de menos. Y ha tardado en llegar. Pero ha acabado llegando:

Arce japonés, diciembre de 2018

Arce japonés, diciembre de 2018

Me encanta. La combinación de rojos, naranjas y aún verdes sobre el fondo blanco del lecho de guijarros de río no podía ser más evocador. En cierto sentido, es como si me hubiera traído conmigo un pequeño trozo de Erín.

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