Acabo de leer en El País la impresionante historia de Miguel Mérida, el último bandolero de la Subbética. El artículo narra la vida de Miguel, un vecino de Alcaudete Baena que se echó al monte en la subbética cordobesa en 1994, y se dedicaba a asaltar cortijos de la zona para procurarse comida. Primero escondido en una cueva de la zona, la de Majaverde, y posteriormente en los pilares del puente de hierro que cruza el río Guadajoz:
Miguel (…) les guió hasta su escondrijo en la base de uno de los pilares del puente de hierro. Se trata de un cubo hueco de piedra y hormigón de cuatro metros de alto y siete de ancho. (…) Había cientos de latas, revistas de 20 años atrás, cocina, radios, colonia… Todo en bolsas de plástico con cinta aislante, sin hierros a la vista. El óxido fue su gran enemigo: el cubo se encuentra a un metro del Guadajoz, que se inunda cuando cierran la presa de Vademojón. Entre los enseres se halló una bomba de agua.
Vale la pena dedicarle un tiempo a la historia de este hombre. El último bandolero.
La cara del tipo da miedo, muuuucho miedo…
Sip, un poco. Lo preocupante, sobre todo para ti, que me recuerda un poco a esta foto…
Hola, sé que este artículo es de hace 4 años y tal, pero no puedo por menos que puntualizar que Miguel Mérida no es vecino de Alcaudete, sino de Baena. De hecho, su sobrina fue conmigo a clase muchos años, y recuerdo cuando desapareció, ya que fue un hecho bastante sonado en el pueblo, llegando incluso a ir la familia al mítico programa “Quién sabe dónde” de la TV nacional.
¡Un cordial saludo!
Hola David, gracias por la aclaración. Como en el artículo original indicaba que se había criado en un cortijo de Alcaudete, interpreté que era natural de esta población, aunque es cierto que a lo largo de todo el artículo dejan clara su relación con Baena.
¡Un saludo!