El sábado 17 de febrero, tras un periplo de algunas semanas sin ir por Córdoba, volví a salir a rodar con mis compañeros bartocalvos. Aunque en esta ocasión fue una salida multitudinaria, pues además de algunos integrantes del club (Kike, Mané, Javi Balaguer y yo mismo), salieron también con nosotros algunos conocidos (Chicote, Carbonell, Luis y otros), hasta alcanzar la impresionante cifra de diez personas en la salida. Incluso nos acompañó Birra, la perra de Carbonell.
Empezamos la etapa poco después de las 9:00h. Aunque la idea era no efectuar una etapa excesivamente exigente, empezamos con una buena manera de abrir boca: los Morales. Y como suele pasarme cuando vuelvo de Sevilla, empecé cebándome demasiado en la subida. Abrí fuego con algunas de las primeras rampas, lo que no estaba mal, pero tenieno en cuenta que me había abrigado más de la cuenta (tres capas de ropa térmica de invierno, guantes de neopreno, etc…) pronto empecé a sudar la gota gorda. Y en la primera de las paredes exigentes de Los Morales estaba ya con un calentón digno de mejores circunstancias. Lo malo es que había empezado a marearme. Así que opté por bajar un poco el pistón, recuperar el estado de ánimo, y descolgarme un poco para hacer de enlace con los rezagados, para no reventar a las primeras de cambio.
Por otro lado, teníamos una primera hora límite para subir Los Morales: Marcos y Ángel, en su entrenamiento para la Guzmán, llevaban desde las 8:00h dando pedales, y habíamos establecido un punto de encuentro en el Lagar de la Cruz a las 10:00h. Íbamos con algo de retraso. Así que tras superar la primera de las rampas duras de Los Morales, realizamos el resto de la subida a un ritmo razonablemente ágil. Aun así, no llegamos al Lagar hasta el filo de las 10:30h. A esas alturas, Ángel y Marcos ya habían estado allí, nos habían esperado, y se habían ido para no enfriarse.
Nosotros, por nuestra parte, hicimos una parada para comer algo, y a las 10:45h reanudamos la marcha. Tomamos el GR-48 para bajar a Las Jaras. Pero, a diferencia de lo que solíamos realizar, no abandonamos el GR-48 para entrar en Las Jaras pegando al embalse, sino que lo seguimos estrictamente, cruzando por encima de un puente medio derruido, y bajando por un sendero bastante estrecho por la margen derecha de la carretera. Pasamos junto al enlace con la vereda de Linares, y bajamos hasta la entrada de Las Jaras. Allí tomamos la vereda de la Pasada del Pino. Empezamos a ascender en dirección hacia el club de golf. Aunque la presencia del agua se dejaba notar, no se encontraba tan enfangado como cuando pasamos, en dirección contraria, a finales de diciembre. Así pues, llegamos a las inmediaciones del club de golf. Tuvimos que hacer una pequeña parada, pues Birra se había quedado atrapada entre dos cancelas, y no pudo seguirnos.
Una vez resuelto el incidente, terminamos de realizar el ascenso al club. Coronamos la subida al filo del mediodía, y una vez allí, tomamos la decisión de por donde volver. Aunque a priori se había hablado de realizar un descenso por Los Morales, a la hora de la verdad se decidió hacer una bajada por Avionetas Express. Dicho y hecho, hacia allá que nos encaminamos. Sin embargo, realizar esa bajada no era plato de buen gusto para todo el mundo, por lo que el grupo se partió en dos. La parte mayoritaria bajamos por Avionetas Express, y los más prudentes lo hicieros por Avionetas Normal, con la idea de reintegrarnos en la casa derruida que se encuentra a las espaldas de Santo Domingo.
Avionetas Express es una bajada por un cortafuegos brutal y peligrosa, con abundante piedra suelta y bastante traicionera. Y pese a todo, es sumamente divertida, aunque suele propiciar que la gente se pegue unos leñazos fenomenales. Y esta partida no fue una excepción. Carbonell sufrió abundantes percances, lo que, yendo con una rígida no cabe menos que calificar como una proeza, y Chicote sufrió también alguna caída que pudo ser bastante grave. Pero la piña de la jornada, más por aparatosa que por grave, la sufrió Javi Balaguer, que se salió del cortafuegos para acabar deteniéndose contra un pino. Todo ello, por suerte, sin consecuencias relevantes. Por mi parte, y ya habiendo rodado por Avionetas Express con una rígida, me lo tomé con calma con la doble equipada con la Sektor, por lo que no tuve incidentes, aunque realicé a pie más tramos de lo que sería de desear.
Llegamos a la casa derruida a las 12:45h. Nuestros compañeros se reincorporaron, tras haber sufrido también algún leñazo, pocos minutos después, y afrontamos la última parte de nuestra etapa. Vadeamos el arroyo Barrionuevo, y bajamos por la trialera, a toda velocidad, hasta llegar al arroyo Pedroche, primero, y hasta Puente de Hierro, después. Una bajada sin más inconvenientes, salvo el hecho de que al llegar a la fuente de la Palomera varios de los integrantes del grupo quedaron regazados, así que no quedó otra que reencontrarnos en el final de etapa, en el bar Chin, donde nos encontramos con lo más granado del ciclismo de montaña cordobés. Una excelente etapa, con un éxito de asistentes, y un gran final.
Los datos de la etapa son los siguientes:
Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Los Morales – GR48 – Pasada del Pino – Avionetas Express
Etiquetas: arroyo pedroche, avionetas express, córdoba, gr-48, lagar de la cruz, las jaras, los morales, mtb, puente de hierro, vereda de la pasada del pino