Una de las cosas que me gusta de Bami es que es un barrio que se nutre en buena medida de estudiantes. La cercanía del campus de Reina Mercedes, así como la indiosincracia del barrio (tremendamente parecido a Ciudad Jardín, en Córdoba) -pisos de los años 60-70, la mayoría baratos- hace que gran parte de la población de éste sean estudiantes foráneos. En este momento son las 0:31h, y no hay edificio en los alrededores en que no haya al menos un 30% de ventanas iluminadas por flexos, y por las que se ve a gente hincando los codos, como estoy yo en este preciso momento (ah, las maravillas de las redes locales conmutadas).
Es de la clase de cosas que te hacen sentirte un poco más apegado a los desconocidos que comparten una parte de tu entorno.
Me pregunto en cuánto se habrá incrementado el consumo de café, estimulantes, jalea real y pastillas antimosquitos en estos días.