El viernes 27 de julio Mané y yo salimos en lo que parecía que iba a ser una pequeña etapa exploratoria por las cercanías de Santo Domingo. Empezamos la etapa a pasadas las 19:15h. Tuvo un comienzo bastante convencional, subiendo a Santo Domingo por la trialera y la zona de la cantera. Desde allí continuamos subiendo por la pista que, a mano derecha, conduce hasta una zona de casitas, por las que hace algunos meses pasó la Andalucía Bike Race. Desde allí descendimos hasta el valle formado por el arroyo Barrionuevo, en las cercanías de Los Villares Bajos. Intentamos remontar el curso del arroyo por un pequeño sendero que se adentraba montaña arriba, pero tuvimos que desistir al llegar a un comienzo de cortafuegos prácticamente imposible de afrontar. Tras volver sobre nuestros pasos, tomamos un camino bien definido que, en fuerte ascenso, conduce a la cima del cerro que separa el arroyo Barrionuevo del arroyo de las Porras. Justo en la cima observamos que se abría una senda de cazadores hacia lo alto del cerro, y como no podía ser menos, no pudimos menos que explorarlo.
Así pues, llegamos hasta la cima del cerro, justo para descubrir que habíamos llegado a lo alto de un cortafuegos que, en un descenso tremendo, bajaba de nuevo hasta el arroyo Barrionuevo. Volvimos sobre nuesotrs pasos, para iniciar un divertido descenso hasta el valle del cortijo derruido de Barrionuevo, también conocido como Muros. Desde allí, con la idea de ir dando por terminada la etapa, bajamos por la trialera. Pero como no podíamos quedarnos tranquilos, no se nos ocurrió otra cosa que ascender, campo a través, hasta las ruinas del Cortijo Valero:
Tras un rato de exploración, tomamos un antiguo camino del cortijo, en dirección a la N-432. Siguiendo el camino alcanzamos el cortijo -también en ruinas- de Orive Bajo, adornado con una sorprendente bandera pirata. Desde allí alcanzamos rápidamente el viejo trazado de la vía de Almorchón, que seguimos hasta alcanzar la pista de la cantera de Santo Domingo. Bajamos hasta el arroyo, y desde allí descendimos por la trialera hasta Puente de Hierro, volviendo a casa a través del Barrio Naranjo y el Parque de la Asomadilla. Dimos por terminada la etapa a las 21:20h.
Los datos de la etapa son los siguientes:
Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Entorno de Santo Domingo
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El domingo 8 de enero realicé la última de las etapas ciclistas de las vacaciones de Navidad. Fue una etapa breve y en solitario, pero que me resultó muy interesante. Tuvo su germen en la etapa anterior. Me explico: siempre que he subido al cortijo de los Velascos, he realizado las tres opciones más habituales: tomar el camino de la cantera hacia Santo Domingo, tomarlo hacia el arroyo Pedroches, o bien la vereda de Santo Domingo que sube hacia la parte alta de la cantera. Pero en algunas ocasiones había observado que, según tomas hacia el arroyo Pedroches el camino de la cantera, al poco surge hacia la izquierda un sendero que es tomado por pastores. Pude verlo de nuevo en la etapa del día 6, y me dije que no iba a dejarlo pasar por más tiempo. Así que eso fue lo que hice. Salí de casa y crucé el parque de la Asomadilla y el Naranjo, para bajar de nuevo a Puente de Hierro. Allí remonté el arroyo hasta el cortijo de los Velascos, y tomé el sendero indicado.
La zona, como pude descubrir, es un dédalo de senderos que se cruzan y entrecruzan. Utilizando Google Earth había visto que se podía llegar hasta unas ruinas de una casa, así que traté de dirigirme hacia ellas. Por suerte, encontré el camino a la primera, en una subida por bosque mediterráneo muy bien conservado, hasta llegar a las ruinas de la casa:
A partir de la casa, el camino -apenas una senda a esas alturas- empezaba a descender de manera muy brusca hacia el valle del arroyo Pedroches, aunque seguía siendo ciclable. Pude observar una bonita vista de la Meseta Blanca, y de lo que parecía ser el derruido Cortijo Valero:
La senda -cada vez más cerrada y complicada- giró en dirección norte, y no tuve más remedio que echar pie a tierra, ya que la senda se encontraba destrozada por el paso de motos de campo. Así llegué a otra senda que descendía hacia el arroyo.
Ante la duda de subir o bajar, opté por subir. Al fin y al cabo, siempre podría volver a bajar. La senda estaba muy cerrada entre vegetación, y tenía bastante pendiente, pero permitía avanzar, la mayor parte del tiempo dando pedales. Remonté el cerro, y, ante mi sorpresa, volví a salir al camino principal que antes me había llevado a las ruinas.
Visto lo visto, decidí volver sobre mis pasos y bajar hacia el arroyo. Pero no pasaría mucho tiempo antes de que perdiera la senda. Pero dio igual, ya que el dédalo de senderos que cruzaba el cerro -Orive Bajo- pronto hizo que retomara la senda principal.
Finalmente llegué hasta el arroyo Pedroches, aguas arriba del cruce con la pista. Me detuve unos momentos para fotografiar el entorno, a fin de recordar el punto de intersección (que apenas es visible entre el follaje de la zona), y para revisar el freno trasero, que volvía a darme problemas tras la etapa de fin de año con Carlos y Mané.
Una vez solventado el problema, realicé el descenso del arroyo Pedroches, hasta llegar a Puente de Hierro. Allí decidí continuar bajando hasta el Club Asland. Dado que se trataba de una etapa de exploración, iba a serlo del todo: antiguamente tomábamos una pista que iba desde el club hasta entrar en Santa Rosa cruzando por encima del canal. Con la edificación de Mirabueno y el comienzo de las obras de la ronda norte, ese camino quedó cortado, pero al quedar las obras interrumpidas hace años, nunca supe qué paso con ello. Había llegado el momento de averiguarlo.
Con la decisión así tomada, crucé el arroyo Pedroches y realicé el descenso por su margen izquierdo, pasando por las ruinas del acueducto romano. Seguí descendiendo hasta llegar a la cinta transportadora de mineral. Continué por la izquierda, ascendiendo por una pista de color blanco -roca caliza- hasta casi la misma cinta, y observé que era posible realizar la bajada por esa parte (a diferencia de por la derecha, que no es sólo impracticable en bici, sino que obliga a jugarse el tipo pasando la bici por la cimentación de la cinta). Seguí bajando, cruzando dos o tres veces el arroyo, hasta llegar a la entrada del club Asland. Allí intenté tomar el antiguo sendero que surgía del aparcamiento, pero seguía vallado. Había una puerta sin candado, pero no me pareció pertinente abrir por ahí. Así que tomé la dirección contraria, para rodear el club Asland por la parte derecha. Llegué de nuevo hasta la cinta de minerales, y seguí -en fuerte ascenso- la pista que la bordea, que no tardó en llevarme al arranque del antiguo camino. Seguía siendo practicable.
Cogí el camino que llevaba la vaquería -vaquería que ya no existe- para bajar por la pista de cemento junto a los eucaliptos hasta la antigua vía del tren, a la altura de Mirabueno. Allí el camino sí que había cambiado. Desaparecido, más bien, bajo las obras de la ronda. Pasé junto a un puente inacabado, bajo el cual hay un campamento de rumanos, y llegué a la última rotonda de Mirabueno. Desde allí bajé a la rotonda de Chinales. Por último, subí por el parquecito que se encuentra frente al centro de Sadeco, y volví a casa por el Parque de la Asomadilla. Una interesante etapa con buenos descubrimientos.
Los datos de la etapa son los siguientes:
Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Los Velascos – Arroyo Pedroches – Mirabueno
Etiquetas: arroyo pedroches, córdoba, los velascos, mirabueno, mtb