Algunas veces nos encontramos con la necesidad de matar un proceso en Windows para cerrar el puerto que ese proceso ha dejado abierto. Las razones para eso pueden ser varias: desde una aplicación que se ha quedado colgada, dejando el puerto bloqueado, hasta la irrupción de virus en nuestro sistema. Aquí va una mini-receta para solucionar este problema.
En primer lugar, se ha de lanzar desde una consola el comando “netstat -aon”. Este comando nos permitirá ver qué puertos tiene abiertos nuestra máquina, y el PID del proceso del que dependen. Una captura de pantalla del comando:
Una vez hayamos identificado el puerto, así como su PID correspondiente, será tan sencillo como ejecutar el siguiente comando:
taskkill /F /PID nro_pid
…siendo nro_pid, el PID identificado con anterioridad.