Hace ya algún tiempo me compré un navegador TomTom One para el coche. Fue más bien un regalo para Ana, ya que por aquel entonces tenía la necesidad de recorrerse la provincia de Sevilla visitando institutos, y era una herramienta que le venia sumamente bien. Y para realizar viajes por carretera a otras provincias era algo que también nos resultaba práctico. Cumplía su función correctamente
Rápidamente decidí utilizarlo para algo más que llevarlo en el coche, pero la verdad, fuera de carretera dejaba bastante que desear, ya que los mapas -obviamente- sólo mostraban sitios por los que un coche era capaz de circular. Además de esto, echaba en falta la posibilidad de que el GPS registrara el recorrido efectuado de alguna manera, a fin de poder visualizar la etapa en otros medios, como por ejemplo Google Earth, u Oziexplorer. Así que, ante esta imposibilidad, dejé aparcada esta idea. Sin embargo, con el correr del tiempo, amigos y familiares empezaron a disponer de teléfonos móviles con GPS integrado: iPhones, Nokias, HTC… y poco a poco, a su estela, aparecieron las aplicaciones que permitían registrar el recorrido: Sportstracklive, Endomondo, AndAndo… La verdad, una auténtica virguería, pero que dejaban en evidencia a mi pobre móvil de infantería, que bastante hacía el pobre con sacar fotos y permitirme escuchar mp3.
En estas estábamos, cuando hace unas semanas llegué por casualidad a la wiki OpenTomTom, sitio en el que dan cuenta de aquellas aplicaciones que la gente ha ido desarrollando para complementar las funcionalidades de los GPS TomTom. Y es que, no lo olvidemos, el corazón de los TomTom no es más que un linux empotrado. Y raro es el linux al que no se le pueden hacer maldades. Tras un tiempo de búsqueda, encontré la aplicación perfecta para mí: ttMaps.
ttMaps es una aplicación que permite desplegar en el GPS mapas geolicalizados, lo que permite que mapas en el formato estándar .ecw sean copiados directamente a la memoria del teléfono, y utilizados para marcar tu posición. Esto ya de por sí era una virguería, y exactamente lo que desde hace tiempo estaba deseando. Pero no sólo eso: la aplicación te va mostrando el recorrido que estás efectuando sobre los mapas, de tal manera que puedes seguir la etapa que estás realizando. Y lo que es mejor: queda almacenada automáticamente, de tal manera que luego puede exportarse a formato .gpx, que es reconocido por cualquier software GPS medianamente decente. Incluyendo, por supuesto, Google Earth.
Con que sólo el programa hubiera tenido estas funcionalidades ya me habría hecho alcanzar el nirvana, pero es que había más. De la misma manera que puedes exportar recorridos, también te permite importarlos. A partir de un recorrido en formato .gpx, el ttMaps es capaz de generarte una ruta y mostrártela sobre las cartas, de tal manera que puedas seguir el recorrido directamente sobre el GPS. De un plumazo, las cartas topográficas y la brújula acababan de caerse de mi mochila ciclista.
Dicho y hecho. No me quedaba más que probar la aplicación. La primera dificultad vino por el hecho de que la aplicación, por razones de copyright, viene sin cartografía alguna, aunque te proporciona enlaces a sitios desde donde se puede descargar cartografía libre. Ninguna maravilla, la verdad, pero sirve para hacerte a la idea de lo que puede hacer la aplicación. Así que me tocó buscarme las habichuelas. Pero para eso tenemos al todopoderoso Google.
A través de Google encontré la página Iogrea, que proporciona la cartografía nacional española del Ministerio de Fomento a escala 1:25.000, escaneada, georreferenciada y almacenada en formato .ecw, lista para introducirla en el GPS. Y que, además, se ve bastante bien en el TomTom One que manejo.
Otra alternativa para encontrar una magnífica cartografía es el Centro Nacional de Información Geográfica, que a través de su centro de descarga proporciona, con registro gratuito, gran cantidad de cartografía de manera gratuita. Aunque en este caso sólo son utilizables directamente las ortofotos PNOA que proporcionan en formato .ecw. Son una auténtica virguería, pero con un peso de unos 500 megas por ortofoto (y eso sólo para cubrir la superfie equivalente a una carta del Servicio Geográfico del Ejército a escala 1:50.000), quizás no eran lo más adecuado para mi pobre TomTom, que sólo dispone de 700 megas libres en su memoria interna.
Antes he dicho que estas dos cartografías eran directamente importables en ttMaps, y esto no es del todo cierto. ttMaps necesita que el datum y la proyección utilizadas en la carta estén registrados en su base de datos, de tal manera que, una vez establecida la posición mediante los GPS, pueda mostrar nuestra posición exacta en la carta. En el caso de las cartas de las ortofotos, utilizan el datum ETRS89, que sí está incorporado en la base de datos de ttMaps, pero no así la proyección HU30, correspondiente a Córdoba. Esto no es demasiado grave, ya que el autor proporciona una manera para actualizar la base de datos de la aplicación (además de ofrecerse para incorporar más cartas de manera oficial a la aplicación). En el caso de las cartas 1:25.000 de Iogrea, tanto el datum como la proyección sí están reconocidas por ttMaps. Y sin embargo, tampoco era capaz de importarlas.
La razón a este problema era la siguiente: las cartas hacen uso del datum WGS84, y de las proyecciones NUTM29, NUTM30 y NUTM31. Sin embargo, en las cartas tienen esta nomenclatura con un espacio de separación, mientras que en la base de datos vienen sin él. La solución, es este caso, era sencilla: editar la base de datos sqlite de la aplicación, y añadir el dichoso espacio. Dicho y hecho. Desde ese momento, pude importar las cartas sin ningún problema.
He estado usando estas semanas ttMaps en mis salidas con la bici, y el resultado ha sido magnífico: durante la etapa podíamos ver nuestra posición en los mapas con una exactitud de centímetros. Y luego, en casa, podía exportar la etapa, verla en Google Earth, Oziexplorer, e importarla a mis mapas de etapas en Google Maps. Incluso el pasado domingo pude importar una etapa encontrada en Wikiloc (Cantina – Central Cala – Cantina) para utilizarla como núcleo central de nuestra etapa de ese día. Y con un magnífico resultado.
La pega de todo este tinglado, es, cómo no, el tiempo que dura la batería del GPS. Pese a que la aplicación dispone de un sistema de ahorro de energía bastante decente (apaga la pantalla del TomTom después de un tiempo si no se encuentra conectado a una fuente de alimentación), la duración de la batería no pasa de las cuatro horas y media. Y la verdad, todas las etapas que estoy haciendo últimamente rondan ese tiempo. Voy a tener que buscar una manera de cargar la batería del GPS cuando estoy en etapa. Y sólo se me ocurren dos maneras de hacerlo: rescatar el rectificador que preparé hace ya tiempo y ponerle un buje con dinamo a la bici, o llevarme el cargador y aprovechar alguna parada para repostar para dejar un rato el GPS cargando.
Aún así, estoy encantado con la aplicacion. Espero sacarle mucho más partido a partir de ahora al GPS en mis correrías ciclistas por el mundo.
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