Tenemos un problema… con el bajante de la cocina. Sospecho que debe de haber un atranque del tamaño de Cáceres y Badajoz juntas, pues no es normal que laves los platos, y ambos senos del fregadero empiecen a supurar elementos extraños. Sin embargo, lo peor no es eso. Resulta más estremecedor oir gemir a la pobre lavadora, que comparte sumidero. Extrañas psicofonías suenan por las tuberías. Pero repito: lo peor no es eso.
Lo peor es encontrarte en el tambor de la lavadora hojas de té y restos de cebolla. Se conoce que el desagüe de la lavadora, al tratar de expulsar el agua, con el atranque hizo reflujo, y por algún extraño fenómeno digno de Fríker Jiménez acabó absorbiendo fragmentos del atranque del desagüe. Creo que voy a ir a lavar la ropa, por una temporada, al río Guadalquivir. Total, nada peor puedo encontrarme flotando…
Sin embargo, algo bueno ha tenido el asunto. Que no me ha tocado a mí lidiar con él. Jamás en la vida me he alegrado tanto de tener que ir a hacer la compra un lunes a las dos y pico de la tarde, ya que ha sido sobre esa hora cuando la hecatombe, en forma de inundación en la cocina y desmontado de desagües (para algo tenemos un arquitecto y un aparejador en el piso), ha visitado el piso en una de sus más asquerosas formas.
Solución:
Lava la ropa en el fregadero y los platos en la lavadora, jejeje.
Espero que todo se arregle.
saluditos yuri