Desde que tengo uso de razón me ha repateado mucho el chalaneo y la tontería de lo políticamente correcto en el lenguaje. Cada vez que leo algo como»niños/as» o «los y las funcionarios y funcionarias» siento como si astillas de vidrio, cling, se me clavaran en las córneas. No voy yo a venir a enmendarle la plana a maestros como Pérez-Reverte o al tristemente fallecido, tiempo ha, Lázaro Carreter con este tema, y a ellos me remito para más detalles.

Sin embargo, hay algo en lo que se suma mi condición de respetuoso con los usos y costumbres del español con la de informático, y es en que me da cien patadas el que se use el símbolo «@» para representar simultáneamente «a» y «o». Se suele hacer esto para seguir con la tontería de lo políticamente correcto, y además querer parecer enrollado y del siglo XXI, con su tecnología y tal. Hay que ser soplador de vidrio, vamos.

Total, que pese a todo, su uso parece que se va imponiendo (ya lo dijo Einstein, que había dos cosas infinitas, el universo y el número de tontos, pero que no estaba seguro de lo primero), y aunque uno hace lo que puede, a veces el inconsciente va a asumiendo este nefando uso y lo asimila. Y luego, claro, pasa lo que pasa.

Situación: vas caminando por Pontevedra, dando un agradable paseo con tu chica especial, y de repente, un letrero de un comercio llama tu atención. El letrero, sin complejos, reza así: «TeleTint@». Y claro, durante unos segundos de estupor no sabes si estás ante un comercio que se dedica a repartir cartones de Don Simón y botellas de naranja del Pryca a domicilio para que hacer botellón sea aún más sencillo, o ante una tienda que se dedica al suministro de tinta y tóner para impresoras mediante vespinos (por cierto, que ambos negocios son bien peregrinos, digo yo). Efectivamente, la opción correcta es la segunda: es un comercio que distribuye material fungible de impresión a oficinas y similares. Pero que me expliquen a mí por qué el uso de la «@». Se ve que la tontería de la web 2.0 ya llega hasta el mundo real. Hay que joderse.

2 comentarios en «¿TeleTinto?»

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