¡Sipote! era, a decir de sus propios autores, un “Semanario de pamplinas, humor y actualidad (por este orden) de Cabra, Córdoba y Andalucía”. Era, sobre todo, una ventana de aire fresco, buen humor y mala leche que me gustaba abrir de semana en semana para asomarme a mi patria chica -también yo tengo sangre (ay diox, como la ex-ministra Calvo) egabrense- desde la distancia. Y digo era porque, desde hace algunos días, ha dejado de estar accesible.
Sus propios autores lo anunciaron no mucho antes de desaparecer de la red; que venía actualizándose poco, y que iba muriendo lentamente. Personalmente pensé que tan sólo sufría un momento bajo, y que poco a poco volvería la acción. Y que, en el peor de los casos, quedaría congelada en el tiempo. Pero no, la desaparición ha sido total. Y para la blogocosa cordobesa, y para el buen humor y la diversión, la pérdida ha sido brutal. Como ironía, la página ha muerto al poco de llegar a un cumpleaños señalado: el primer lustro de vida.
En cualquier caso, a todos los lectores de ¡Sipote! siempre nos quedará el recuerdo de las magníficas portadas que nos regalaban semanalmente, así como de las irónicas entradas con las que trufaban la publicación. Y a mí, en particular, siempre me quedarán aquellas siete veces (como los consulados de Mario) que aparecí citado. Para que algo perdure de esta genial publicación, tristemente fenecida, aquí va la primera:
Hasta siempre, ¡Sipote!, y espero que esta desaparición sea tan sólo temporal.