Ayer se celebraba un concierto un tanto peculiar en la Biblioteca Nacional, en Madrid. Se ponía el Quijote a ritmo de hip-hop.
Hay que admitir que es una iniciativa bastante peculiar, la verdad. No es el hip-hop santo de mi devoción, pero la iniciativa me parece sumamente positiva: hacer que gente a quien no se le pasaría ni por la antesala del cerebro el conocer un poco al Ingenioso Hidalgo lo conozcan aunque sea un poco.
Sin embargo, yo hubiese preferido mejor a Mägo de Oz, ahí, dando caña de la buena.