El jueves 8 de diciembre, aprovechando el festivo, salí a rodar en una etapa vespertina por las cercanías de Forcarey. Había querido salir a rodar por la mañana, pero el día se había presentado lluvioso, y según la previsión meteorológica la tarde iba a estar mejor que la mañana. Así pues, salí a rodar pasadas las 16:15h, y hasta el momento, la previsión no engañaba. Tenía ganas de ir a las Neveras de Fixó, que recientemente habían sido limpiadas de maleza, y quería ver qué tal se encontraban. Salí a rodar con la Super BH L6000 gravel 2, a la que también había hecho cambios hacía poco: unas pastillas de freno Shimano Ultegra, para intentar mejorar la potencia de frenado, además de restituir las anteriores manetas.
Empecé a rodar subiendo por carretera hasta el desvío de A Ponte, a donde bajé rápidamente. De momento, los frenos parecían comportarse bien, pero sin grandes alardes. Seguí hasta Casanova, y empecé a subir por monte, para pasar por las cercanías de Cachafeiro, pero sin entrar en él. La subida fue ardua, ya que el terreno se encontraba bastante húmedo, pero sin encontrar acumulaciones de barro. No por ello, deja de ser una buena patada en el pecho, con rampas de hasta el 15%. Y ahí fue cuando empezó a llover. Al menos, fue poca cosa, cuestión de unos minutos. Viendo que la cosa no se ponía serie, continué rodando, en vez de dar la vuelta.
Llegué hasta la carretera de Lalín, que crucé, para continuar por asfalto hacia Fixó. Ahí volvió a chispear en algunos momentos, pero nada especialmente molesto. Lo que sí era preocupante es que la tarde no dejaba de estar cubierta, y la luminosidad era algo escasa. Una vez en Fixó, empecé el ascenso hasta las neveras. Con un problema añadido: notaba que el sillín se había desplazado un poco hacia atrás, e iba algo más bajo e incómodo de la cuenta. SIn poder hacer nada, ya que hubiera necesitado una llave fija para poder aflojar la tuerca y ajustar el sillín, no me quedó otra que subir. Los dos kilómetros de subida hasta las neveras se me hicieron pelín largos, pero a la postre se trató de agachar la cabeza, y seguir de frente. Una vez arriba, me encaminé hasta las neveras en sí. El entorno estaba poco más o menos igual, pero la labor de limpieza de las neveras, sobre todo de la segunda, era bien claro.
Aproveché un rato para descansar, y ya de paso tomar unas tomas con el dron de ambas neveras:
Y ahí fue donde empezó a llover de verdad. Nada copioso, pero sí constante. Dejé atrás las neveras, y me dirigió hacia Vilariño. Giré a la derecha por donde se encuentra la señalización para la mámoa que hay entre los generadores. Ese tramo de pista había sido acondicionado recientemente, y me permitió enlazar con la pista de los generadores sin mayor inconveniente. Y una vez en la pista, vi dónde me estaba metiendo.
O no. Estaba en las propias nubes de lluvia, e iba hacia lo peor de la tarde. Pero, la verdad, no me apetecía dar la vuelta. Seguí avanzando hasta dar con un cruce donde había un cazador. Me comentó que por la derecha bajaría directo a Vilariño, mientras que por la izquierda sería algo más largo, y saldría más bien en La Portela de Lamas. Aunque mi idea era ir por la izquierda y explorar una bajada hacia Soutelo, el día no estaba para exploraciones, así que bajé a Vilariño. Y ahí se demostró que los frenos seguían sin estar finos. Con pista mojada y lluvia, la capacidad de frenado se veía bastante disminuida. Aun así, mejor que lo de la vez anterior, pero siguen sin ser completamente confiables.
Según llegué a Vilariño, bajé hasta la carretera. Ahí podía optar por volver por Fixó, pero como ese tramo de carretera tiene mucha subida y bajada, era más rápido seguir a la Madalena, y volver por la carretera de Cachafeiro. Así lo hice. A esas alturas ya había tenido que encender la luz delantera (mi veterana Lupichin). Seguí sin mucho trastorno, aunque sí con bastante agua, hasta Sanguñedo, y desde ahí, continué por la Madalena, pasando junto al circuito, para desembocar en la carretera de Soutelo a Cachafeiro a la altura de Vilar. Desde ahí fue cuestión de volver, prácticamente en suave descenso todo el rato, hasta la Freixeira y Cachafeiro, y por último, enlazar con el Lérez y subir de nuevo a Forcarey. Un par de horas de etapa, donde acabé como una sopa, pero que era exactamente lo que necesitaba.
Datos de la etapa
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El sábado 19 de febrero de 2022 realicé una nueva etapa ciclista por las cercanías de Forcarey. Salí un poco pasadas las 9:00h de Forcarey, descendiendo por carretera hasta el Lérez, y subir de nuevo hasta Cachafeiro. Hacía un frío intenso, la temperatura no llegaba a 1ºC, y con la humedad del río se hacía notar aún más. Pasado Cachafeiro, seguí por carretera camino de Fixó, con la idea de subir a las neveras, a donde llegué en torno a las 10:00h. El frío seguía siendo intenso, y pese a no haber nieve porque el día se encontraba totalmente despejado, sí era posible encontrar abundante escarcha.
Y llegados a este punto, hice estreno de la nueva cámara de mejor calidad (me niego a llamarla 4K, por mucho que digan las especificaciones) que recientemente había incorporado a mi dron. El estreno iba a ser bastante bonito:
Terminada la grabación, continué mi camino, ascendiendo por las pistas del parque eólico de Masgalán, camino de enlazar con el monasterio de Aciveiro. La idea inicial ir hasta La Noveliza, y desde allí bajar al monasterio, pero ya que estaba allí arriba, sentí la llamada del Alto de Candán, y no me pude resistir a subir, pese a que el viento se empezaba a hacer notar, cortando de una manera bastante desagradable. Por fortuna, el terreno pronto se puso a prestarme ayuda, haciéndome entrar en calor con rampas del 15% para subir hasta los algo más de 1000 metros de altitud del monte. Una estupenda manera de quitarte el frío, la verdad.
Llegué al alto al filo de las las 11:00h, y fui recibido con algunas flores de hielo repartidas entre la maleza.
Al llegar al pie del vértice geodésico, observé que en una pequeña hendidura natural alguien había depositado algunas banderas. Desconozco el uso o quien las pudo haber dejado, pero no se encontraban en mal estado ni deterioradas. Muy llamativo. Consideré hacer algunas tomas con el dron en el Alto, pero el viento lo desaconsejaba, así que me limité a contemplar las vistas, sacar algunas fotos, y repartir frenadoles a las cabras montesas. Bueno, esto último no, pero con el frío que hacía, no hubiera sido disparatado.
…y es que, aunque el termómetro indicara 3.6ºC, el viento no concedía tregua, y hacía la que el estar ahí se empezara a hacer desagradable. Satisfactorio, pero desagradable. Terminado el rato de descanso, monté otra vez sobre la bici, y me pise a descender hacia La Noveliza. Una bajada rápida y divertida, con apenas una parada para buscar, de nuevo de manera infructuosa, los restos de la Ermita de San Benito que se encuentran en la zona. En fin. Llegado a la carretera, avancé un poco hacia La Rochela, antes de desviarme a la izquierda, y tomar la pista que lleva al Monasterio, pasando de nuevo sobre el río Lérez, apenas un regato, ya que tiene su nacimiento a los pies -precisamente- de la desaparecida ermita. Continué un rato en suave ascenso, y luego en descenso, para desviarme a la izquierda, camino de Vilaverde, y finalmente el Monasterio. Allí empleé un rato grabando con el dron, antes de emprender de nuevo la marcha.
Dejé atrás el monasterio, volviendo un poco sobre mis pasos, para salir a la carretera de Cachafeiro. Seguí un rato por la pista que va en paralelo a la misma, hasta llegar a la altura de una explotación ganadera, donde tomé la pista que desciende hasta Valiñas. Después, llegué a la carretera que lleva a Loureiro, donde me desvié a la derecha, para pasar junto al Castro de Loureiro, y bajar hasta Pontemaril. Pasé por Espindo, y seguí camino de Cachafeiro, hasta llegar a la pista que, a mano derecha, sale hacia Casanova. Pasé por última vez en el día sobre el Lérez, y subí a Forcarey por carretera, a donde llegué a las 12:35, tras haber recorrido algo más de 33 kilómetros.
Datos de la etapa:
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El sábado 26 de junio realicé una etapa ciclista en Forcarey que he venido en denominar como “De Castro a Castro”. Se trató de un recorrido circular que enlazó Forcarey con el Castro de Loureiro, para desde allí ir al Castro de Garellas, y retornar a Forcarey por el recientemente limpiado Camino Miñoto de Santiago. Salí de Forcarey al filo de las 9:00h, por carretera en dirección a Dosiglesias. Seguí la carretera hasta llegar a las cercanías de Ponte Maril, en donde tomé una pista que bajaba hasta el vado del río Lérez.
Por segunda vez en dos días, me vi metido en las frías aguas del Lérez. No puedo decir, en ninguno de los dos casos, que fuera algo accidental, si bien no calculaba que el río iba a llevar tanta agua y tener unas piedras tan grandes precisamente en el vado. Aun así, la cosa no tuvo mayor trascendencia. Pasado el Lérez, transité junto al área del campamento juvenil, para tomar el camino que sube al Castro de Louireiro. Como de costumbre, no pude resistirme a entrar en el castro.
De nuevo en la carretera, giré a la derecha para dirigirme hacia Loureiro, población que atravesé, tomando la carretera secundaria que sube hasta la carretera de Lalín y, posteriormene, una pista a mano derecha que sube hasta el parque eólico de Lamasgalán.. Un ascenso desde el castro de 4,5 kilómetros sostenido, duro a ratosy que me llevó a la cota máxima de la etapa, situada a 845 msnm.
Una vez en el primero de los generadores, mi idea era tomar la pista de mantenimiento de los mismos para ir hasta las neveras de Fixó, y continuar desde allí hasta Vilariño, pero quise explorar una pista que surgía a mano derecha, y que en teoría llevaba al mismo sitio sin tener que subir hasta la cresta de la montaña, y que en realidad me acabó llevando casi al fondo del valle, hasta Millarada.
Una vez abajo, y de nuevo en la carretera, seguí por la misma hasta después de Fixó, y desde allí, tomé la carretera que lleva hasta Garellas. Apenas a 200 metros de tomado el desvío, se llega al Castro de Garellas, cuya silueta inconfundible destaca a mano derecha de la carretera.
Al igual que en el caso de Castro Louireiro, no pude resistirme a explorarlo un poco.
Tras volver a la carretera, continué en bajada hasta Garellas, donde hice una breve parada junto a la Ermita de San Antonio, para beber un poco del agua que mana de la fuente que hay cerca de la misma.
Tras dejar atrás Garellas, tomé la carretera de Cachafeiro, con el objetivo de volver a Forecarey haciendo uso del trazado del Camino Miñoto de Santiago, que como decía más arriba, había sido limpiado y señalizado recientemente. No era la primera vez que recorría ese trazado. Ya en la etapa del 14 de febrero de 2021 lo había recorrido, si bien en sentido inverso, y había podido experimentar la pena de que lo que parecía ser un camino estupendo se encontrara completamente devorado por la maleza. Por fortuna, esta vez sería distinto. Tomé la carretera en sentido hacia Cachafeiro, y no tardé en encontrar las flechas que indican el Camino, si bien es cierto que se nota que están pensadas más para ser seguidas por peregrinos a pie que por alguien que vaya en bici. El tamaño y la ubicación de las mismas no es precisamente el mejor, la verdad.
A apenas 1 kilómetro desde Garellas, se toma a mano izquierda una pista que se adentra en la espesura. Curiosamente, es uno de los tramos menos limpios de como ha quedado el Camino Miñoto.
Pero una vez dentro, la cosa camina. A unos 100 metros se ha de girar a la derecha, y el camino cambia completamente. Lo que antes era una maraña de zarzas, era ahora un estupendo camino entre cercas de piedra, estupenda para andar por ella, y algo fastidiosa para rodar, porque tras la poda no se retiran los restos de la misma, que forman una alfombra mullida en el camino, que hace que la bici se enganche algo más de lo normal. En cualquier caso, era una delicia comparado con la vez anterior que pasé por allí.
Desde este punto tuve un rodar excelente hasta la Freixeira, que no pude menos que dejar inmortalizado:
Ya en la Freixeira, paré un momento para tomar unas fotos de la zona.
…antes de volver a Forcarey. Tras pasar Cachafeiro, opté por tomar una senda a mano derecha que lleva directamente hasta Casanova, y desde allí bajar por el tramo de carretera vieja hasta el Lérez. Como de costumbre, ya sólo quedaba realizar la subida por carretera a Forcarey para dar por finalizada la etapa.
Datos de la etapa
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El viernes 28 de mayo realicé una etapa con mi cuñado Juan por las cercanías de Forcarey. Salimos pasadas las 17:15h, bajando desde Forcarey a Ponte por el camino viejo. Desde allí fuimos a Casanova, para tomar el camino que sale a la carretera de Cachafeiro. A continuación atravesamos Cachafeiro, haciendo una pequeña parada en el área recreativa de A Freixeira.
Dejamos atrás el área recreativa para dirigirnos por una corredoira hasta Acivedo. Esta corredoira forma parte del camino de la Geira Romana y de los Arrieros, y pese a este detalle, no se encuentra en muy buen estado. Cuando pasamos nosotros se encontraba muy cerrada de vegetación, y con abundante agua corriendo por todo el recorrido de la misma, que en determinados lugares provocaba la existencia de barrizales. Poco antes de entrar en Acivedo nos encontramos con una señora, que nos comentó que ambos problemas eran uno mismo: la falta de gente que mantuviera limpios los caminos y los cauces de agua laterales al camino, que se acababan colmatando y haciendo que el agua corriera sobre éste. Una pena, pero completamente real.
Dejamos atrás Acivedo por carretera, y alcanzamos Vilar. Allí cruzamos la carretera de Soutelo, y empezamos un ascenso hacia Fixó. La idea era tomar poco después un camino para salir de la carretera, pero pudimos comprobar que también se encontraba lleno de maleza, por lo que optamos por seguir por carretera. Una vez ya en Fixó, tan sólo tuvimos que seguir las indicaciones para subir a las Neveras, por una exigente pista que ya había transitado hace unos meses. Una vez llegamos al parque eólico, no tardamos en dirigirnos a las Neveras, donde estuvimos un rato echando fotografías.
Volvimos sobre nuestros pasos, para tomar la pista que asciende a lo alto del parque eólico, con idea de descender luego hacia Loureiro y pasar por su impresionante castro.
…sin embargo, al salir a la carretera de Lalín, nos dimos cuenta de que se nos había echado el tiempo encima, por lo que optamos por recortar. Volvimos a Cachafeiro bajando por la carretera. Una bajada divertida y a gran velocidad. Poco antes de entrar en Cachafeiro, nos desviamos a la derecha, para enlazar con Casanova, y desde allí bajar hasta el Lérez, para emprender la última subida, de vuelta a Forcarey.
Datos de la etapa
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El jueves 24 de diciembre, para celebrar adecuadamente la Nochebuena, realicé una nueva etapa en las cercanías de Forcarey. En este caso, el objetivo principal de la etapa era visitar las neveras de Fixó, pozos de la nieve datados en el siglo XVI, y que son de los pocos aún existentes en Galicia.
Con este objetivo en mente, salí al poco del amanecer por carretera en dirección a Cachafeiro. Esa parte del recorrido era sencilla de seguir, ya que existen letreros indicadores desde la misma salida de Forcarey. Una vez en Cachafeiro, sigue siendo cuestión de seguir los indicadores, pasando de una carretera provincial a pequeñas carreteras rurales, hasta que se llega, en continuo sube y baja, hasta la aldea de Fixó. Allí los carteles se hacen más discretos, pero siguen permitiendo seguir perfectamente la ruta que conduce a las neveras. Desde Fixó se inicia un ascenso de 2 km que lleva hasta las pistas del parque eólico de Masgalán. Primero por carretera rural, que al cabo de un rato pasa a ser una buena pista que sube entre un bosque de pinos. Una vez superado el ascenso, existen indicaciones de los distintos elementos visitables que hay dentro del parque eólico, por lo que se llega sin muchas dificultades hasta las neveras.
Después de ver las neveras, existen distintas posibilidades para hacer: escogí visitar la mámoa de Rofete, enterramiento de época neolítica emplezado en un otero que permite divisar de manera simultánea los valles del Lérez y del Zobra. Lamentablemente la mámoa fue descubierta durante la construcción de un cortafuegos, y se encuentra en un estado de conservación lamentable.
De hecho, encontrarla no fue tarea sencilla. Me pasé el trazado del cortafuegos siguiendo el camino, hasta llegar a una verja que impide el paso, y tuve que volver sobre mis pasos. Ya en el cortafuegos, pasé por delante de la mámoa un par de veces, hasta conseguir identificarla como el montón de guijarros desperdigados y parcialmente cubiertos por tojos. En fin, una lástima.
Desde la mámoa llegué a una nueva pista de mantenimiento de los aerogeneradores, que tomé hacia el norte, volviendo a pasar junto a la subida desde Fixó. Desde ahí seguí de nuevo hacia el norte, hasta llegar a una indicación de “subestación” en un bonito alto.
Aunque a la larga se llega poco más o menos al mismo sitio, tomé la pista de la izquierda, que en un rápido sube y baja lleva primero a un camino rural entre bosque, y luego a la carretera provincial. Desde allí mi idea era tomar una pista que baja hasta Loureiro, pero no pude encontrarla, así que bajé un poco por carretera hasta tomar una nueva carretera rural que también lleva a Loureiro.
Continuando el descenso, se llega hasta las cercanías del castro de Loureiro. Desde allí seguí por carretera hasta las cercanías de Dúas Igrexas, donde mi idea era continuar por el trazado del PR-G 113, y bajar hasta Forcarey. Lamentablemente la senda se encuentra muy cerrada para bici de montaña, y tuve que volver por carretera. Pero pude disfrutar de un agradable área de recreo con un embalsamiento del Lérez, un azud y su antiguo molino harinero.
Por último, ante la imposibilidad de seguir la senda de los Puentes del Lérez, subí hasta Dúas Igrexas, y desde allí volví a Forcarey por carretera.
Datos de la etapa
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