Pues sí, Google Mail también tiene fallos. Y, obviamente, como cualquier servicio medianamente bien hecho, informa al usuario de que se ha producido un error mediante mensajes. Lo curioso del asunto es cómo son esos mensajes de error. Hoy he hecho petar a GMail (sí, vaya dos días que llevo), y éste ha sido el resultado:
“¡Vaya, se ha producido un error!” Qué desenfadado…