Ayer se aprobaba en sesión plenaria del Parlamento de Andalucía el Proyecto de Ley 7-04/PL-000004, de creación del Colegio Oficial de Ingenieros en Informática de Andalucía que será de aplicación tras su publicación en BOJA. Esto, que en principio supone una excelente noticia para los que, algún dia no muy lejano, vamos a ser ingenieros en informática (yo de momento soy ingeniero técnico), porque se supone que se va a evitar el intrusismo, establecer unos mínimos estándares de calidad en la praxis y todo lo que suponen los colegios profesionales, tal vez se nos pueda volver contra nosotros mismos.
No lo digo por decir, pero esto de la informática es un sector muy particular; no en balde, no llega a los treinta años el tiempo de existencia de nuestra carrera, existiendo previamente como una rama de la Ingeniería Industrial; y, en sí, la informática no existe sino desde hace sesenta años, con todos los problemas que ello supone. El problema principal con el que los informáticos nos encontramos a la hora de desarrollar nuestro trabajo es la ausencia de competencias en exclusiva, lo que hace que no se valore éste en toda su extensión. Y claro, pasa lo que pasa: puede haber lo mismo un chaval de FP desarrollando un sistema de acceso web contra una base de datos para una empresa de suministros (¿alguien en su sano juicio pondría a un maestro albañil a diseñar una nave industrial, por muchos años de experiencia que tenga en la construcción?) que un ingeniero industrial (¿de verdad, y no porque no pueda hacerlo, pondrías a un arquitecto a diseñar la estructura de un avión comercial?).
Lamentablemente, a los problemas inherentes de nuestra profesión se les añaden los problemas políticos: tiendo a desconfiar por sistema de las actuaciones políticas en general, y de esta Junta de Andalucía en particular, que no da puntada sin hilo a la hora de extender su influencia y el clientelismo político. Aunque, por lo menos, en algunos aspectos están desarrollando iniciativas positivas.
Esperemos que a la larga, esta noticia acabe revertiendo en beneficios para los informáticos, pero es algo que está por ver. Aunque igual es que hoy me pilla el día pesimista.
Bueno, pues parece que al final alguien ha dado un paso. No sé muy bien hacia dónde, pero la cuestión era moverse. Todo depende de cómo se monte el cotarro, y de si las intenciones son las de crear un organismo que gane dinero porque sí (¿quién ha dicho SGAE? xDDD) o si de verdad va a ayudar a que la Ingeniería Informática sea considerada como algo serio, y no como un mal menor que cualquier becario puede aliviar.