El domingo 6 de marzo realicé una nueva etapa por el entorno de Forcarey. En esta ocasión, se trataba de conocer un poco mejor el recorrido de uno de los ramales del Camino de Santiago que pasan por Forcarey: en concreto, el Camino de la Geira Romana y de los Arrieros. Se trata ésta de una de las variantes de los Caminos de Santiago que vienen desde Portugal. De Braga, para ser exactos. Sigue el trazado de (ahí su nombre) de algunas vías romanas secundarias a las principales de la costa, y por la que sigue el Camino Portugués. Este trazado evita el casco urbano de Forcarey, pasando un poco al oeste del mismo, a diferencia del Camino Miñoto Ribeiro, que tiene un trazado muy similar, y que ha sido en fechas recientes puesto en valor a su paso por Forcarey.
Empecé la etapa pasadas las 9:00h. Salí de Forcarey por el camino de la Chamosa, y seguí por el mismo hasta llegar a Las Casetas. Desde ahí, seguí por carretera en dirección a La Estrada, hasta que me encontré con el Camino de la Geira al incorporarse éste a la carretera, a la altura del desvío de A Mámoa. Seguí por la carretera, hasta que poco después las señales del Camino te mandan a mano izquierda, por un tramo abandonado de la carretera antigua. Allí pude encontrar un monolito que conmemoraba el 150 aniversario de la creación del Partido Judicial de Tierra de Montes, constituido en 1840.
En teoría, tendría que estar emplazado en el punto de encuentro de los términos municipales de Forcarey, La Estrada y Cerdedo, pero luego pude comprobar, Google Earth y cartografía del CNIG mediante, que en realidad se encuentra a 575 metros al oeste de dicho punto. Cosas de querer colocarlo junto a la que entonces era la carretera, supongo. Retomado mi camino, seguí las marcas amarillas, que volvían a confluir con el trazado de la carretera, pero que esta vez te hacían andar por la cuneta a la izquierda de ésta. Por suerte, se encontraba razonablemente limpia de maleza, por lo que era posible circular con la bici. De todas maneras, no supuso mucho problema, porque apenas 500 metros después, las flechas del camino te llevan por una antigua senda, completamente separada de la carretera, y que baja hasta Vilaboa. El camino era mucho más agradable que la carretera, y se notaba que lo habían limpiado de vegetación y hecho poda de los árboles cercanos en fechas recientes.
Ésto, que en principio era bastante bueno, a punto estuvo de causarme un disgusto, ya que entre la hojarasca se encontraban trozos de ramas. Al pasar por encima de uno con la rueda delantera, se levantó, impactó con la rueda trasera e hizo palanca, haciendo que ésta se levantara por el aire, por lo que a punto estuve de salir volando por encima del manillar. Suerte que no rodaba demasiado rápido, y pude controla la bici. Dejada atrás la parte más cerrada del camino, salí a una pista algo más amplia, que se encontraba decorada con una figura de gran tamaño de Pelegrín, el símbolo del Camino Xacobeo que se puso de moda allá por el año santo de 1993.
Tras dejar atrás Vilaboa, el camino sigue por una calzada empedrada entre fincas, señalizada también con marcas blancas y amarillas de sendero PR. Se pasa por debajo de la carretera, para acabar saliendo a La Portela. Allí, al poco de entrar en las casas, se encuentra una curiosa fuente que tiene una taza de aluminio para beber, atado a la fuente con una cadena.
Al salir de La Portela, el PR y el Camino se separan. En mi caso, seguí por las marcas del camino, por carretera para llegar a O Coto y Bouzas, donde dejé el trazado del Camino, con idea de ir volviendo a Forcarey. No pude evitar detenerme en Bouzas, donde encontré, en un prado junto a la carretera, una llamativa y enorme casa en ruinas, con un no menos impresionante hórreo que tenía uno de sus apoyos en el prado, salvando un gran desnivel con la terraza donde estaba el resto del mismo.
Dejé atrás la casa y seguí en ascenso por una pista en dirección a Carballo. Acabé saliendo a una carretera, que tras girar por la ladera de la montaña, abandoné para tomar una nueva pista que ascendía entre eucaliptos hacia la Graña de Cabanelas. La pista acabó desembocando en una carretera, que fue la que me llevó a la Graña. A diferencia de la vez anterior, al llegar a la Graña, giré a la izquierda, para seguir por asfalto hasta Levoso y las cercanías del observatorio astronómico de Forcarey. Volví a salir a Las Casetas, y volví a Forcarey por carretera, a donde llegué a las 10:55h.
Datos de la etapa:
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