La pasada semana del Puente de la Constitución fue una semana bastante activa para mí. Lamentablemente, activa también en el ámbito laboral, lo que me hizo tener que trabajar los días de fiesta. Pese a ello tuve la posibilidad de salir a rodar en cuatro de los siete días de la semana. Tres de esos días salí a rodar por la Vía Verde de Itálica.
En dos de las ocasiones, correspondientes a los días de fiesta, fueron etapas cortas: apenas ir hasta el puente sobre el arroyo del Judío y volver. Se trataba de hacer un poco de ejercicio antes de sentarme a trabajar desde casa, para activar cuerpo y mente de cara a la coger de mejor humor la tarea que tenía por delante. Y tengo que admitir que ayudó. De ambas etapas, tengo que quedarme con la del martes 6. Esa mañana la niebla bañaba Santiponce, y daba al paisaje un aspecto muy singular. La llegada al puente sobre el arroyo…
…el cruce de la Vía Verde con la Cañada Real de las Islas…
…la vía verde, ya de vuelta…
…y por último, la campiña sevillana en las cercanías del puente de los Vinateros:
El fin de semana fue mucho más activo. El sábado 10 salí a rodar por la vía verde junto con Ana y nuestros amigos Jesús y Carmen. Hacía ya algunos meses que no rodábamos los cuatro, y habíamos decidido no dejar pasar más tiempo sin hacer nada al respecto. Así que les propuse lo que consideré una etapa razonable, pero algo más movido que nuestra anterior salida: realizar el recorrido de la vía verde hasta el Río Guadiamar. Un total de 36 kilómetros prácticamente planos, pero por dos zonas de firme claramente diferenciadas: un primer tramo hasta el puente sobre el arroyo del Judío con pista bien apisonada, y un segundo tramo hasta el río, con abundante balasto y tramos incluso con restos de traviesas.
El sábado amaneció frío, húmedo y con un cielo plomizo que no dejaría de amenazar con lluvia en todo el día. Al salir a coger las bicis de la cochera, me encontré con una sorpresa: ese mismo día se disputaba en Santiponce la edición de 2011 de La Sufrida, una carrera de 78 kilómetros organizada en beneficio de la Asociación de padres de niños con cáncer de Andalucía. Aparte de la grata sorpresa, esta prueba nos obligó a variar el comienzo de nuestro recorrido, ya que la salida estaba al lado de casa, y el recorrido coincidía en su primer tramo con nuestra etapa. Así que en vez de tomar la vía verde por la espalda de Itálica, entramos en el pueblo y la tomamos desde la parte nueva de Santiponce. Aun así, coincidimos durante algunos kilómetros con algunos corredores, e incluso en un momento determinado -íbamos rodando con calma- nos llegó a pasar el coche escoba de la organización.
El primer tramo de la etapa lo pasamos sin demasiadas complicaciones. Sin embargo, más allá del puente sobre el arroyo Carmen empezó a pasarlo bastante mal por el firme irregular. Pese a todo, no se dejó achantar, y seguimos rodando por la vía verde. Pasamos las dos carreteras que la cruzan, y llegamos hasta la vieja estación de Gerena-Empalme, convertida hoy en día en una casa de campo con unos corrales que parecen parte del atrezzo de las películas de Mad Max.
Un par de kilómetros después de la estación se llega hasta el puente derruido sobre el Río Guadiamar. El último tramo de vía no es practicable, ya que ha sido destruido -talud incluido- por los dueños de las fincas colindantes, y ha sido completamente arado. Por suerte, se puede llegar hasta lo que queda del puente gracias a que las veredas del río fueron rehabilitadas tras el desastre de las minas de Aznalcóllar.
Queda poco del puente, más allá de los arranques a ambos lados del río, y un pilar en en cauce. Otro de los pilares ha sido arrastrado por las aguas, y no queda nada de la pasarela. Eso sí, sigue siendo un buen lugar para hacer un poco el indio:
Eran las 11:35h cuando llegamos hasta el río, tras dos horas largas de etapa. Nos quedaba emprender la vuelta. Habíamos descartado recorrer los 3 kilómetros que nos separaban de Gerena para tomar un buen desayuno, ya que Carmen no se encontraba con ánimo de tomar un tramo de carretera. Así pues, recogimos bártulos y emprendimos el camino de vuelta, que completamos en otras dos horas largas. Llegamos a Santiponce a las 14:15h, con parada incluida para limpiar las bicis… y hacer un descanso algo atípico:
En cuanto al tercer tiempo, fue sumamente agradable: un buen almuerzo a base de las excelentes pizzas del Don Vito de Santiponce, regadas con un aceptable rioja, y un buen rato de charla con unos grandes amigos. Algo que espero repetir en breve.
Los datos de la etapa del sábado son los siguientes:
Y aquí está el enlace a su recorrido: Vía Verde de Itálica hasta el río Guadiamar
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