El sábado 2 de abril realicé una etapa por la tarde por varias parroquias de Forcarey y Cerdedo. Ya iba siendo hora de estirar un poco las piernas, y tras un día bastante ajetreado, no iba a dejar pasar la oportunidad de rodar en una tarde estupenda, aunque algo fría y con bastante viento. Salí un poco antes de las 18:30h, tomando la carretera de la Chamosa, para pasar por O Salgueiro, y realizar la subida dura del observatorio. Ese es un tramo del Camino Miñoto Ribeiro, que fue limpiado hace algunos meses, pero que vuelve a estar con algo más de vegetación de la cuenta. Veremos a ver cuánto dura abierto.
Una vez en el observatorio, tomé la pista que lleva hacia A Mámoa. A la altura del cercado de las vacas se encontraba con bastante barro, lo que me obligó a echar el pie a tierra un par de veces. Desde A Mámoa subí por carretera al Monte da Lagoa, y pasé por la derecha junto a la antena de comunicaciones. Desde allí realicé un descenso bastante divertido hasta las cercanías de Moureira, desembocando en la carretera EP-7106. El día aún tenía bastante luz, así que decidí dirigirme al puente romano de Parada, y desde allí tomar la congostra que sube hasta Vilariño de Cerdedo, que sabía que me tomaría un buen rato si estaba tan cerrada por la vegetación como la vez anterior que pasé por allí. Decidido el rumbo, dejé la carretera, pasé Moureira y Parada, y no tardé en encontrar la bajada al puente. Si bien el comienzo se encontraba tan roto como la primera vez que bajé, cuál sería mi sorpresa, al llegar a las cercanías del puente, de encontrar que se había realizado un arduo trabajo de limpiado del camino y del entorno del puente. ¡Lucía estupendo!
Pasé por encima del puente, y vi que la otra ribera del río también había sido limpiada, así como la congostra que sube hasta Vilariño. Eran muy buenas noticias.
Visto esto, me decidí a explorar un poco por el cauce del río, por el sendero que (en teoría) sube hasta Forcarey bordeando el Lérez, y que la vez anterior se encontraba impracticable. En esta ocasión pude ver que -si bien no se había limpiado- había un sendero claro que seguir. No tardé en llegar al regueiro de la Freixeira, que se encontraba amansado con un paso de piedras, y explotado por diversos molinos abandonados.
Había sendero, una vez al otro lado, pero no era claro que se pudiera seguir de manera mínimamente razonable en bici, así que opté por dar la vuelta y dirigirme a Vilariño. El camino, en efecto, había sido limpiado, pero seguía siendo difícil para subir por él en bici por la abundante piedra suelta. En cualquier caso, era mejor que casi tener que abrirse el paso a machetazos, así que seguía siendo una mejora apreciable.
Una vez en Vilariño, crucé la carretera de Forcarey, pasé por la cementera, y subí por carretera a Acivedo. Allí tomé el Camino de la Geira Romana, y por congostras llenas de agua empecé el camino de vuelta. Llegué al área recreativa de la Freixeira, y desde allí continué por carretera, primero a Cachafeiro, y por último a Forcarey, a donde llegué al filo de las 20:30h. Una buena etapa para estirar las piernas.
Datos de la etapa:
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