Y es que los viejos rockeros nunca mueren. El día 22 de diciembre retorné a Córdoba desde Dublín, para pasar las vacaciones de Navidad. Llevaba tiempo con ganas de realizar una salida por Córdoba, con los amigos, para quitarme el mono de Sierra y disfruta -de aquella manera que nos gusta a los ciclistas- de mi estancia en Córdoba. Sin embargo, las circunstancias no lo iban a poner fácil. Para empezar, me habían robado unos meses antes la doble, y por unas cosas y otras, los colegas no estaban disponibles para salir a rodar en estas fechas. Pero afortunadamente Jose Anta se animó a acompañarme, y ya siendo dos, no podía menos que volver a poner el plan en marcha. Además, tenía que estrenar mi nuevo reloj con GPS Posma W2.
La única opción para ello era clara: volver a poner en servicio mi vieja burra, que utiliza mi padre para rodar por Córdoba. Así que el 23, a la vuelta de un viaje a Sevilla, me dediqué a cambiarle geometría del sillín, reemplazar cubiertas lisas por un buen par de ruedacas (High Roller Super Tacky de 2.35 delante, y Small Block Eight de 2.10 detrás) y engrasarla y darle algo de mimo. Así, el 24 por la mañana, Jose y yo salimos a rodar. No puedo menos que reconocer el esfuerzo de Jose, que llevaba un año sin salir a dar pedales. Y como tampoco era cosa de reventar, sino de pasar un buen rato entre amigos, y disfrutar del campo, optamos por una etapa conservadora: subida a Santo Domingo por la vereda. El campo estaba de dulce, despejado y algo fresco, con las lluvias aún recientes que habían aposentado el terreno, si bien hizo que nos encontráramos con un par de zonas embarradas, en las que no pude menos que meterme. Y es que sin barro, una salida de invierno no es lo mismo.
Llegamos a Santo Domingo, y desde allí, tomamos el sendero que sube a la antena de telecomunicaciones del 14%. Como a esas alturas se nos estaba haciendo algo tarde, bajamos por la carretera hasta el cruce de Santo Domingo, y allí tomamos el sendero que baja hasta el Maestre Escuela. Y desde allí, al Naranjo. Había algo más que hacer: tomarse un buen chocolate con jeringos.
Los jeringos no eran los mejores que he probado, ni mucho menos. Pero eso no era lo importante. Gracias, Jose, de todo corazón.
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Etiquetas: 14%, córdoba, mtb, santo domingo
El domingo 12 de junio, aprovechando el viaje que hice a Córdoba para el bautizo de mi sobrina Helena, hice una nueva salida ciclista por Sierra Morena. Lo que en un principio parecía que iba a ser una etapa en solitario se transformó en una bonita salida en grupo, gracias a Antonio, compañero y amigo bartocalvo, que tuvo a bien invitarme a una salida con su tío y unos amigos. Lo interesante del asunto es que me enteré a las tres y media de la madrugada, al volver de la fiesta posterior al bautizo. ¡Etapa con salida a las 8:30h en El Higuerón! Así que con poco sueño y menos descanso en mi haber, salí de casa recién pasadas las 8:00h, para encontrarme con mis compañeros de etapa en el punto de comienzo.
Tomé el camino del Canal para llegar hasta la carretera de Medina Azahara. Ahí bajé a la carretera de Palma, y no tardé mucho en encontrarme con mis compañeros de etapa, que ya me esperaban. Salimos raudos, para intentar aprovechar la mañana, ya que el día apuntaba a que iba a ser caluroso, aunque no tanto como lo habían sido los días previos en Córdoba, frisando ya los 40ºC en las horas centrales del día. Algo que, tras casi un año en Dublín, para lo que estoy perdiendo la costumbre. Y es que la etapa se aventuraba larga: subida de los Toros, si bien por una variante que no conocía, parte alta de La Canchuela, y tal vez Valdejetas. Buen reto.
Seguimos por la carretera de Palma hasta girar a mano derecha por la Canchuela, que abandonamos para seguir por el Canal en dirección a Almodóvar. Sin embargo, tomamos una subida para mí desconocida sobre el terreno, pero que me sonaba en el mapa: La Bastida. Dejamos el Canal a la altura de unas canteras mozárabes (km 19 de etapa para mí), y tomamos una pista que ascendía con unas rampas medias del 9%, pero que en determinados ratos llegaban al 14% de desnivel. Esta primera subida fueron 2’2 km de subida, en los que subimos desde los 115 metros a los 306 metros, donde llegamos a una pequeña meseta, para ascender de nuevo un pequeño repecho, justo tras lo cual abandonamos la pista que llevábamos, girando a mano izquierda, justo a la altura del cortijo de La Bastida, y en la que iniciamos un trepidante descenso hasta el arroyo Guadarromán.
Y tras la bajada, la no quedaba otra que ascender una brutal subida -de nombre la V- de 500 metros con rampas de nuevo superiores al 15%. Terminada la subida llegamos a portela en una cancela a mano derecha que, entre vacas, nos permitió llegar a una segunda cancela, para seguir nuestro camino. Pasada la cancela, y en permanente ascenso, llegamos a una bifurcación que tomamos por la izquierda, pero que se volvía a unir algo más adelante. El paisaje había cambiado de bosque mediterráneo a dehesa ganadera, y en ese tramo la pista estaba bastante polvorienta y algo suelta, y costaba un poco rodar sobre ella. Siempre siguiendo por esta pista, llegamos a un segundo cortijo y, algo más adelante, acabamos saliendo a la subida de Los Toros. Justo a punto para empezar la subida del cortijo de La Porrada. Llevábamos ya 27 kilómetros de etapa, y aún quedaba la subida más brutal -a la postre- del día.
Giramos a mano derecha y enfilamos la subida de La Porrada, que acabaríamos culminando a las 10:35. Seguimos hacia la entrada de Valdejetas, aprovechando Antonio y yo en este trazado en descenso nuestras dobles, ya que nuestros compañeros venían todos con rígidas de 27’5 o 29”, y en este trazado las nuestras marcaban la diferencia. Cuando llegamos a Valdejetas decidimos ir por la vía rápida hacia Santa María de Trassierra. Dos de nuestros compañeros habían realizado el día anterior una etapa de carretera de 90 kms., y en el día de hoy venían algo justitos. Teniendo en cuenta que contaban con una edad que rondaba las sesentena, no puedo decir más que automáticamente se habían convertido en mis héroes.
Dicho lo cual, tomamos la vereda de La Canchuela hasta llegar a la pista del Salado, que cogimos para llegar, a las 11:15h, a Santa María de Trassierra. Allí hicimos una parada para desayunar en un bar, antes de seguir con nuestra etapa.
Era hora de volver a Córdoba. Tras comentarlo, decidimos probar a seguir una senda que, en paralelo a la carretera de Trassierra, uno de nuestros compañeros de etapa había visto en alguna ocasión. Yo recordaba esa pista de hacía muchos años, al menos 15. Y también recordaba que llevaba casi tantos años cerrada por una verja por el dueño de la finca colidante, así que no esperaba gran cosa de esa senda. Error. Es cierto que la pista que recordaba había sido cercada, pero posteriormente se abrió una senda -señalizada además con postes blancos y amarillos- que bordea la cerca y que conduce, entre arboleda y con divertidas subidas y bajadas, hasta la entrada de la urbanización Torre Horia. Una buena alternativa para llegar rápidamente hasta la entrada de Bosque de Fangorn.
En esta ocasión optamos por subir por la pista de cemento hasta la altura del Mirador de las Niñas. Y aunque tenía ganas de hacer un Montecobre Express, iba ya con algo de prisas a esas alturas de la jornada, así que me decidí a bajar por la carretera de La Albaida, con dos de mis compañeros. Antonio y su tío, por su parte, bajaron por la carretera de San Jerónimo hasta El Higuerón. Nosotros hicimos un rápido descenso hasta el Tablero, donde me encaminé a casa, dando por terminada la etapa a las 12:45, tras 54 kilómetros de divertidísima etapa por Sierra Morena. ¿Cuándo podré repetir? Espero que pronto, ya que fue una excelente etapa en aún mejor compañía.
Los datos de la etapa son los siguientes:
Elapsed Time | Moving Time | Distance | Average Speed | Max Speed | Elevation Gain |
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Etiquetas: córdoba, la albaida, la bastida, la porrada, los toros, mtb, santa maría de trassierra, torre horia, vereda de trassierra
La réplica, obviamente. Hoy he disfrutado de una excelente etapa con Antonio, su tío y unos amigos de éste 54 kilómetros por Sierra Morena. Y es que este fin de semana hemos venido a Córdoba para el bautizo de mi sobrina (sí, ya soy padrino). Y ya que estábamos aquí, no podía menos que realizar una bonita etapa en casa. Y lo ha sido, vaya que sí.
Etiquetas: córdoba, fuente del elefante, mtb, trassierra
El sábado 14 de mayo me levanté temprano, cogí el coche y la bici, y me fui a rodar por el parque ciclista de Ballinastoe, en las montañas Wicklow. Era un sitio al que hacía tiempo que tenía ganas de ir, pero que por unas causas u otras, no había tenido aún la oportunidad de hacerlo. Y el sábado 14 iba a ser el día: en lo climatológico pintaba perfecto, al menos sobre el papel. La semana había sido excelente, y la previsión también pintaba buena. Así que a las 8 de la mañana ya estaba camino de Wicklow. Pero al fin y al cabo, esto es Irlanda, y a medida que me iba acercando nubes grises se dejaban ver en lontananza.
Llegué a Ballinastoe pasadas las 8.15h, y a las 8:25h ya estaba empezando a rodar. El área de aparcamiento, en la zona más baja del parque, está a 318 metros sobre el nivel del mar. Apenas había nadie en el bike park (algo que sería una tónica a lo largo de toda la jornada), por lo que tuve un rodar tremendamente relajado, escuchando la naturaleza, y pudiendo estar atento a no abrirme la cabeza contra ningún pino. La etapa empezó como suelen hacerlo estas cosas: con una bonita pared para abrir boca, con rampas del 14%. Por suerte no duró mucho, antes de abrirse una pista a mano izquierda que permitía rodar algo más cómodo y de la que, poco después, surgía a mano izquierda un primer tramo técnico en bajada (había ya subido hasta los 384m), entre abundante vegetación, que debaja a las claras lo que te podías encontrar en Ballinastoe: subidas por pista aderezas de bajadas trialeras:
La bajada técnica duró unos 700 metros, para dar a una nueva pista que había que tomar en subida. Desde los 364 metros a los que ahora me encontraba hasta los 425m en apenas 750 metros, de nuevo con rampas del 14%. Y desde ahí, un nuevo tramo técnico, esta vez en sube y baja, para dar a una nueva pista.
Y ahí fue donde me equivoqué. Teóricamente tendría que haber tomado la pista, de nuevo en subida, a mano izquierda, pero seguí de frente por el tramo técnico. Y es que en este punto se cruzan los dos sentidos de la pista. Así que por error tomé la trepidante bajada de nuevo hasta el aparcamiento: 2200 metros de descenso técnico entre vegetación, esquivando troncos, piedras y tocones, que me llevaron al comienzo de la etapa. Muy divertido, pero se me quedaba corto. Sólo 5’2 kms. Así que tocaba volver a subir. Esta vez, en vez de tomar la pista a la izquierda, como lo había hecho la primera vez, seguí recto, para llegar directamente al cruce, y seguir subiendo. 2200 metros de subida, hasta los 487m, y las inevitables rampas del 14% del principio, más tramos de más del 12% después del cruce. Tras esto, un giro a la derecha por pista para, poco despúes, volver a tomar un tramo técnico en subida. Y con unas buenas vistas en subida.
Pero lo mejor estaba por llegar. El mitad del tramo técnico, llegué al punto más alto de la etapa, 520 metros, para iniciar, una vez más, un descenso entre bosque. El descenso termina en una pista despejada que permite intuir el Lago Tay. Pero lo mejor estaba por llegar. Tras rodar un poco por la cresta de la montaña, y antes de emprender el descenso, volví sobre mis pasos, para subir hasta el memorial a J.B. Malone, uno de los impulsores del Wicklow Way, camino que cruza las montañas Wicklow desde Dublín hasta más allá de Glendalough, a lo largo de 130 kilómetros. Y esa subida no podía haber sido más agradecida, con las espectaculares vistas que me regaló:
Y a partir de ahí, la bajada. Un primer tramo de descenso desde el Memorial, para recorrer la cresta pelada de la montaña, e iniciar el primer descenso técnico, en el que se baja desde los 505 metros del Memorial hasta los 445 metros.
Tras este primer descenso, una nueva subida por pista, para empezar la segunda bajada, en la que se baja desde los 458 metros hasta los 344, con pendientes descendentes de hasta el 17’7%. Muy divertido:
Y tras esta segunda bajada, una nueva pista, en la que se sale de nuevo al camino inicial de subida, para tomar el tramo técnico compartido que lleva hasta la bajada final:
Terminé la etapa a las 11:00h, tras 19’2 trepidantes kilómetros de ciclismo de montaña, y que no dudo en recomendar ardientemente, tanto por el recorrido en sí, como por las espectaculares vistas con las que Irlanda profusamente agasaja al ciclista. Si aún lo dudas, no lo hagas más: ¡hay que venir a rodar a Irlanda!
Los datos de la etapa son los siguientes:
Elapsed Time | Moving Time | Distance | Average Speed | Max Speed | Elevation Gain |
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00:00:00 | 00:00:00 | 0.00 | 0.00 | 0.00 | 0.00 |
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Etiquetas: ballinastoe, lough tay, mtb, wicklow
El sábado 23 de abril hice una etapa ciclista con un par de compañeros de IBM: Jose y Sergio. Una bonita kilometrada (65 kilómetros) que nos marcamos, 100% por asfalto. Había preparado para ello la Fuji con la Larsen TT, ya que esperaba que finalmente rodáramos algo por tierra, pero me lo podría haber ahorrado y poner directamente las cubiertas lisas, pero bueno, las cosas a veces salen como salen.
Salimos algo tarde para mi gusto, a las 10:15h, tomando el camino del Canal Real hasta Croke Park. Sin embargo, pronto tuvimos que hacer una parada, pues la bici de Jose perdía aire en la rueda trasera. Al inflarla un poco descubrimos el desastre: perdía aire por la válvula. Imposible de reparar. Jose tuvo que dar la vuelta e ir a su casa a por una cámara, usando la bici de Sergio. Una vez cambiada la cámara, seguimos hasta la esclusa nº 1 del Canal, donde éste deja de ser transitable.
Desde allí giramos a la izquierda, en dirección a Clontarf, para tomar un carril bici que ya no abandonaríamos hasta el mismísimo Howth. En ese tramo el día, que amenazaba lluvia y estaba algo frío, nos regaló la primera sorpresa, en forma de granizos. Creo que era uno de los pocos fenómenos meteorológicos que me faltaban por experimentar sobre dos ruedas.
Llegamos a la Península de Howth pasada la una de la tarde. Un bonito paseo de 26 kilómetros, pero que aún había que desandar. Vista la hora del día, optamos por quedarnos a comer en el puerto de Howth, donde degustamos un excelente pescado con patatas.
Tras el pescado, y una amenaza de chaparrón que nos hizo abandonar la terraza y entrar en el local, retomamos la marcha a las 15:15h. Para ese momento el día estaba de nuevo despejado, y brillaba un agradable sol… quizás demasiado agradable para afrontar la subida a The Summit, una tachuela que nos hizo subir desde el nivel del mar hasta los 124 metros de altitud… para volver a bajar hasta Sutton, de nuevo al nivel del mar. Por el camino Jose volvió a pinchar, pudiendo -esta vez sí- reparar el pinchazo. La vuelta no tuvo mucha más historia: tomamos el mismo camino hasta Clontarf y la esclusa 1, y desde allí de vuelta a Blanchardstown por el canal, para dar por finalizada la etapa a las 17:15h, cuando llegué a casa. Una etapa 100% asfalto, pero que disfruté enormemente.
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Etiquetas: blanchardstown, canal real, clontarf, croke park, dublín, howth, mtb