Me gusta mucho cómo escribe Arturo Pérez-Reverte. Soy un fanático de sus novelas, no me falta ninguna, e incluso trato de conseguir las primeras ediciones de éstas. Pero casi más que sus novelas, me gustan sus páginas semanales en la revista El Semanal. Ácido, salvaje, afilado como una cuchilla de afeitar, y extraordinariamente lúcido, una lucidez que muchas veces le lleva, y nos lleva a sus lectores, a la desesperación: por esta mierda de país, por esta mierda de sociedad, por esta mierda de especie humana.
Sin embargo, pese a esta carga de mala leche y ganas de meter el dedo en el ojo, no deja de ser divertido, sensible e incluso a veces esperanzador. Pero la de esta semana es irremediablemente triste. Aunque no por ello menos hermosa.
Los perros son listos. Tienen buena memoria y más lealtad que las personas. Fíjese que nosotros la tratamos bien, no le falta de nada y hasta collar antiparásitos lleva. Pero ella sigue pendiente de la carretera. Los perros piensan, oiga. Casi como las personas. Y ésta piensa que sus amos vendrán a buscarla. Cada vez que llega un coche, se acerca a ver si son ellos. Sigue creyendo que volverán. Por eso lleva tanto tiempo sin moverse de aquí. Esperándolos.
Por cosas así, y por lo mucho que quiero a mis perras, jamás tendré un perro, o un gato, mientras viva en una ciudad.
El de esta semana es buenísimo, sin duda, aunque no nos cuente nada nuevo, al menos para los que hemos tenido perro alguna vez… yo aun hecho en falta al mío, que tuvo que ser sacrificado cuando ya era muy mayor y lo pasaba realmente mal. Yo no creo que la ciudad y los perros sean incompatibles: solo hay que saber que perro escoges y ser consecuente… No vas a tener un mastín en casa, es absurdo, y si compras un dálmata prepárate para darle mucha actividada o te destrozará la casa.
Por otro lado tenemos al autor. También sigo sus obras desde hace años, cuando me dejaron en el instituto La Tabla de Flandes… al poco tiempo me pillé El Club Dumas y me terminó de enganchar. Sin embargo no todos sus libros me gustan igual: algunos hasta parecen hechos a desgana, y otros no son mi estilo. Además estoy un poco cansado de que todos sus protagonistas sean lo que él denomina “un héroe cansado”… dicen que en Cabo Trafalgar todos los personajes principales tienen eso en común, ya lo leeré cuando pueda.
Las columnas merecen la pena ser leidas, aunque a veces se pase de chulo, prepotente o pedante siempre son interesantes, sobre todo cuando hablan de historia.