El domingo 23 de enero realicé una etapa etapa ciclista por Sevilla, que tuvo como característica principal que hice un enlace en tren, en concreto en el cercanías que va de Santa Justa a Cantillana, a fin de poder recorrer una zona de la Sierra Morena sevillana que era desconocida para mí. Empecé la etapa en Santiponce, pasadas las 8:00h. Me encaminé hacia la estación de Santa Justa de Sevilla, haciendo parte de mi recorrido habitual del trabajo, llegando hasta el Estadio Olímpico, para bajar hasta el puente de la Barqueta, y luego tomar la ronda histórica junto a la Macarena. Llegué con tiempo sobrado a la estación, y allí estuve haciendo algo de tiempo mientras llegaba el cercanías.
Una vez llegó el tren, esperé tranquilamente hasta que llegamos a la estación de Cantillana, donde empecé a rodar de nuevo, sobre las 9:25h.
Hice una parada poco después, una vez pasé la presa de Cantillana, una de las que regulan el caudal del Guadalquivir, antes de su llegada a Sevilla.
Pasado el río, llegué poco después a Cantillana, que atravesé rápidamente antes de cruzar sobre el río Viar. Una vez pasado el río, llegué a una rotonda que tomé a mano derecha, junto al restaurante Casa Navio, en la que tomé una pista asfaltada por urbanizaciones. Al cabo de un rato, tomé una pista en ascenso a mano izquierda, que acaba llevando a la pista de mantenimiento del canal del Viar.
Los siguientes 15 kilómetros transcurrieron por la pista de mantenimiento, que en suave ascenso y tras múltiples vueltas y revueltas, acaba llegando hasta las cercanías del embalse de Melonares. La pista no tiene grandes dificultades, salvo un par de acueductos, que uso salvé sobre el mismo, y otro siguiendo la pista, que se desvía en acusado descenso, y luego en ascenso. Aparte de esto, el único punto a salvar es la finalización de la pists: ésta termina de una manera abrupta, ante una cancela cerrada, y con una verja que rodea todo el perímetro. Se puede salir por una abertura que alguien ha practicado en la misma, y que permite salir a un camino que lleva a la carretera C-433.
Una vez en la carretera, comencé un ascenso por la misma en dirección a Castilblanco de los Arroyos. Un ascenso de 4 kilómetros por carretera de montaña recién reasfaltada, con una pendiente bastante constante del 6-7%, y que llegaba en determinados puntos al 9%. Nada especialmente complicado, pero que requería de constancia.
Paré a media subida en una llamativa fuente encalada que se abría a mano izquierda, bajo una higuera, para luego continuar mi ascenso hasta la cumbre. Desde allí me desvié a la izquierda, con la idea de tomar una pista que había visto cartografiada y que me podía llevar hasta Castilblanco, pero a los 1,7 kilómetros, me encontré con una cancela cerrada. Ante la duda de si podía transitar por allí o no, opté por volver sobre mis pasos, y encaminarme hacia Castilblanco por carretera.
Llegué a Castilblanco pasadas las 11:40h, con ya 48 kilómetros de etapa en las piernas. Hice una breve parada junto al abrevadero que hay en la salida del pueblo en dirección a la urbanización de La Colina.
Tras un rato de descanso, y habiendo agotado el agua que llevaba, volví a rodar. Me notaba las piernas flojas, y tenía la sensación de estar pagando por adelantado el exceso de kilómetros. Por suerte, tenía algo de bajada por carretera para recomponerme, y luego la bajada por la trialera del Camino de Santiago. Las sensaciones en ambas bajadas no fueron nada de buenas, si bien luego pude ver que ¡había batido mi mejor marca en la bajada del Camino de Santiago! En realidad, no era algo demasiado sorprendente, porque ya había podido ver la última vez que estuve por allí que se había arreglado bastante el camino, haciéndolo más sencillo para rodar.
Una vez que llegué al polígono industrial que marca el final de la trialera, crucé la carretera, y me encaminé a Guillena por la pista de tierra paralela a la carretera. Crucé el Rivera de Huelva por el vado, y entré en Guillena por su campo de fútbol. Seguía con las piernas flojas y estaba seco, así que a la salida de Guillena, paré en la gasolinera de Repsol a comprar una botella de Aquarius y unas galletas que me dieran algo de azúcar que echar al estómago. Eran ya las 13:00h, llevaba ya más de 70 kilómetros en las piernas.
La parada me vino estupenda. Eché el resto del Aquarius en el camelback, y me dispuse a volver a Santiponce por la pista de mantenimiento de Emasesa. Las sensaciones ya no eran nada malas, y de hecho, estuve rodando de manera bastante consistente. Al llegar al vado del Arroyo de Los Molinos, pude echar una mano a unos moteros que estaban rodando por la pista, y que no veían claro el poder cruzar el vado, ya que siempre se encuentra embarrado y con agua, no siendo para ellos una opción salvarlo por la viga de acero que hay en la arboleda. Tras recomendarles un trayecto, seguí con mi recorrido de vuelta a Santiponce. Acabé llegando a las 13:46, con un total de 85 estupendos kilómetros en las piernas. Y allí, para celebrarlo, me tomé una estupenda Paulaner en la puerta de casa, al solecito.
Datos de la etapa:
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Decía en la entrada anterior que en unos días hablaría de para qué tenía pensado utilizar el dron. La razón para adquirirlo ha sido hacer uso de una de sus capacidades: la de “sígueme”. Y es que el dron tiene un módulo GPS, que permite hacer que el dron siga la ubicación del portador del mando de control, cuando se usa el teléfono móvil con la aplicación para controlarlo. Y este es el resultado:
Escogí para esta primera prueba un tramo del Camino de la Geiera Romana y los Arrieros que baja desde A Mámoa hasta el Puente de Gomail, que está despejado de vegetación. El resultado no es malo, pero no era la mejor hora para grabar, debido al contraluz. La grabación tiene otro problema, y es que el dron mantiene la altura de partida de la grabación, y al ser un descenso, poco a poco se va abriendo la diferencia entre el dron y yo. Pero en general, es bastante aceptable, aunque la duración de la batería se queda algo corta.
En cuanto a la etapa, hice un recorrido que empieza a ser convencional: salida de Forcarey por la Chamosa, desde ahí al Observatorio, y luego enlace con A Mámoa por el manantial de suministro de Forcarey. Desde allí, bajada al Puente de Gomail por el Camino de la Geira Romana y los Arrieros; luego a Cachafeiro, y desde ahí, enlace con Casanova y A Ponte, para acabar subiendo a Forcarey.
La etapa también sirvió para tener un segundo testeo de la nueva transmisión, que sigue dando un resultado bastante bueno. No noto mucha diferencia de esfuerzo con respecto a pasadas anteriores por los mismos lugares, más allá de la correspondiente a llevar varias semanas parado. En cuanto a la mañana, estaba fría. Apenas un par de grados, y con un cielo completamente despejado, que hacía las delicias para rodar.
El recorrido fue el siguiente:
Etiquetas: a mámoa, cachafeiro, camino de geira y de los arrieros, dron, eachine e520s, forcarey, mtb
Esta mañana he estado estrenando la transmisión 34×11-50 que instalé hace algunas semanas. Como había estado lloviendo en Galicia, no había podido probarla hasta esta mañana. Y el resultado ha sido muy bueno:
He realizado una salida cortita, a la cascada de La Chamosa, que tiene unas bajadas interesantes y unas subidas durillas, para probar cómo transiciona el nuevo cassette. Y el resultado ha sido muy bueno. El cambio entre piñones es sumamente suave, tanto para subir como para bajar, sin notarse extraños, desajustes o ruido alguno.
En cuanto a la transición entre marcha y marcha, se nota que hay más diferencia de piñones (sobre todo en los piñones grandes) entre este cassette y el antiguo, lo que quiere decir que el desarrollo es menos progresivo, notándose algo más la diferencia entre la marcha, pero sin llegar a ser molesto.
En cuanto a las bielas, se notan sólidas y no transmiten malas sensaciones. De momento, me está gustando bastante el cambio realizado. Los kilómetros irán diciendo si el cambio ha sido bueno o malo, pero hasta ahora estoy satisfecho.
Estas Navidades he aprovechado para hacer algunas actualizaciones en mis bicis. La más importante de todas es la realizada sobre la Giant que tengo en Forcarey: la he actualizado de una transmisión de 3 platos y 9 piñones a una transmisión de 1 solo plato, pero también de 9 piñones. Normalmente este tipo de transformaciones están destinadas a pasar bicis a combinaciones de 1 plato y 11 o 12 piñones, pero hace algún tiempo encontré en Aliexpress un kit de cassette de 9 piñones del fabricante ZTTO que tenía una pinta bastante interesante:
El kit se compone de un cassette de 11-50, un plato de 34 dientes 104 BCD, la cadena, y el extensor de la patilla del cambio. La razón principal para escogerlo fue que, al ser de 9 velocidades, no me obligaba a cambiar la maneta del cambio ni el desviador trasero, pudiendo usar los Shimano Deore que traía la Giant de casa; y que al pasar a una combinación de un solo plato, podía quitar algo de peso prescindiendo de maneta del plato, desviador delantero y cableado. Tenía mis dudas sobre la fiabilidad del kit (pese a que ya tenía algunas referencias previas de ZTTO como fabricante, ya que la dirección de la bici de carbono es de este fabricante, y lleva desde 2017 funcionando a la perfección). Pero hace algunas semanas me encontré un vídeo de The Bike Guy en Youtube que lo utilizaba para una conversión similar, y eso despejó en gran parte mis dudas:
Además del kit mencionado, tuve que comprar un juego de bielas nuevas para el plato. Podía haber hecho uso de las bielas Shimano Octalink de la Giant, pero otra de mis razones para cambiar la transmisión era pasar a una transmisión completamente hueca. El que las bielas fueran Octalink fue una sorpresa que me llevé al desmontar la bici, ya que creía que iban a ser de cuadradillo, pero hay que admitir que la Giant venía muy bien montada de fábrica. El juego de bielas escogidas fue también comprado en Aliexpress, una copia de los sistemas Hollowtech de Shimano, que ya venía usando desde 2018 en la Fuji reconstruida con unos resultados bastante decentes:
El proceso de reemplazo no fue tan sencillo como hubiera deseado: no contaba en Forcarey con mis herramientas habituales, y tuve que comprar un kit en Amazon que no es ninguna maravilla. No tuve mayor problema a la hora de desmontar el cassette antiguo y montar el nuevo…
…incluyendo el extensor de la patilla del cambio (ojo, hay que tener cuidado de no apretarlo en exceso o se corre el riesgo de pasar el aluminio), pero desmontar las bielas Octalink fue imposible, ya que el kit sólo venía con llave para Hollowtech y cuadradillo. Al final tuve que ir a una tienda en Silleda (sí, no hay tiendas de bicis más cerca de Forcarey) para que me aflojaran las bielas, y a partir de ahí, ya pude montar las cazoletas de las bielas, y encajar las bielas en sí. El resultado ha sido sumamente bueno:
De hecho ha sido tan bueno que prácticamente no he tenido que hacer ajuste alguno en el cambio trasero. En cuanto a la transición entre marchas, es sumamente suave. Pensaba que al haber más diferencia de piñones entre posiciones del cassette que uno de 11 o 12 velocidades, se notaría bastante brusco, pero para nada. Habrá que ver qué tal se comporta en marcha, cosa que aún no he podido hacer aún.
En cuanto a la elección de plato y piñones, escogí un plato de 34 dientes. Contra lo que pueda parecer, la relación 34/50 no es muy diferente que la 22/34 que tenía antes con el triple plato. De hecho, es un poco más dura que esa combinación, pero no quería optar por un plato de 30 o 32 dientes, que hubiera supuesto mayor capacidad para subir, pero luego habría penalizado bastante a la hora de rodar. Creo que va a ser una buena elección de relaciones. Pero el tiempo lo dirá.
El pasado 12 de diciembre realicé una etapa de buen recorrido en las cercanías de Santiponce, que me llevó hasta Aznalcóllar y vuelta. La idea principal era realizar el primer tramo de la Circular Noroccidental de la Vía de la Plata, que en su extensión completa recorre 200 kilómetros de Sierra Morena por la provincia de Sevilla, y que tiene su salida en Camas.
Empecé a rodar a las 9:00h, con una temperatura que rondaba los 5ºC. Atravesé Santiponce para salir de la misma por la carretera de Valencina, hasta cruzarme con la Ruta del Agua recién pasadas las vías del tren; tomé la Ruta a la izquierda, en dirección a Camas. Pasé por el antiguo campo de tiro, hasta llegar a la carretera de Camas a Castilleja de Guzmán. Allí enlacé, en el Caño Ronco, con el Cordel de los Carboneros, que ya forma parte de la Circular Noroccidental, y como tal se encuentra señalizada. A partir de ahí, es bastante sencillo seguir el recorrido. El cordel va avanzando hacia el noroeste, pasando entre Valencina y Las Pilas, hasta llegar a Salteras, tropezando con la vía del tren. Se pasa ésta junto a la carretera, y se continúa bordeando Salteras. En este municipio parte del cordel ha sido habilitado como carril bici, por lo que es preciso saber cuándo abandonarlo: es en el momento en el que el carril se dirige hacia una calle. Se puede ver cómo el antiguo cordel se abre, dejando el carril bici por la izquierda. Se sigue bordeando Salteras, hasta llegar de nuevo a la carretera (y al carril bici) en la salida hacia Olivares. Una vez abandonada Salteras, se ha de dejar el carril bici para volver a rodar por el cordel, que va un poco más a la derecha. Poco a poco nos alejamos de la carretera, dejando Olivares a nuestra izquierda, y avanzando hacia el noroeste. El primer punto interesante es la fuente-abrevadero de La Coriana.
Llegados a este punto, hasta el que habíamos venido por lo general en ascenso, pasamos a descender de manera clara hacia el río Guadiamar. El recorrido se realiza entre olivares y fincas de cultivo, hasta que se alcanza el río, donde pasamos a una vegetación de ribera entremezclada con algunos eucaliptos. Desde este punto hasta la entrada de Aznalcóllar el recorrido es bastante plano, con algunas subidas y bajadas. Es un trayecto muy agradable, hasta que se llega a la calvera de la antigua balsa de áridos de la mina, que se encuentra completamente pelada. A punto de entrar en Aznalcóllar, y cerca del antiguo polígono industrial de la mina, abandoné el recorrido de la Noroccidental, para dirigirme hacia el Acueducto de Los Arquillos. Para ello tuve que girar hacia el este, pasar por sendos vados sobre los ríos Crispinejo y de Los Frailes, antes de llegar a la pista del corredor verde del Guadiamar, y tras seguirla un poco, hasta el viejo acueducto, donde paré un rato.
Mi idea era volver desde aquí, pero con el día tan estupendo que teníamos, cómo podía resistirme a subir a la Corta de Los Frailes. Dicho y hecho, no tardé en cruzar la carretera, y tomar la pista que sube hacia la mina. Sin embargo, en vez de seguir rumbo norte y cruzar de nuevo el río de los Frailes por el noreste de la mina, opté por girar a la izquierda, para subir a la corta por el antiguo trazado del ferrocarril minero, que se acerca mucho más rápidamente que la otra opción. De hecho, el río se salva por el antiguo puente minero.
…y una vez pasado, se abandona el trazado minero, que se encuentra casi perdido, para trepar hasta la terraza de la mina avanzando hacia el norte, por donde se llega al mirador de la corta. Por desgracia, el camino de entrada al mirador se encuentra cerrado por una cancela. No es posible pasar con la bici. Pero sí sin ella. Y vale la pena para disfrutar de las mejores vistas de la corta:
Una vez vista la corta, desandé mis pasos para volver al viaducto. Desde allí opté por tomar el viejo ferrocarril minero para volver hacia Santiponce. Seguí su recorrido hasta llegar al río Guadiamar, que es preciso vadear, ya que el puente ferroviario sobre el río fue derribado hace bastante años:
De todas maneras, con tan poca agua, no era un gran desafío vadear el río. A partir de aquí, abandoné el trazado del ferrocarril para tomar la vereda de Conti a La Ramira, con la idea de llegar hasta la Mina Las Cruces. Pasé por el pilón del Conti…
…y seguí por la vereda, hasta alcanzar la carretera junto a la mina. Desde allí, tomé un rato de carretera hasta llegar a la Cañada Real de las Islas, que tomé en dirección sur, camino de Santiponce. Al llegar de nuevo al ferrocarril minero, abandoné la vereda, y me encaminé hacia Santiponce. Llegué a casa a las 12:55h, tras casi 4 horas de recorrido, y 66 kilómetros de recorrido.
Datos de la etapa
Etiquetas: acueducto, aznalcóllar, cañada real de las islas, camas, circular noroccidental vía de la plata, cordel de los carboneros, corta de los frailes, ferrocarril de aznalcóllar, los arquillos, mtb, río guadiamar, santiponce, vereda de conti