Pues bueno. Después de que ayer trajeran la cocina y me la dejaran en modo mecano gigante en el salón, ya la tengo, por fin, en su ubicación correspondiente:
Pero claro, falta algo (aparte de que la foto tampoco es ninguna maravilla). Como en el chiste de aquel que se le estropea el coche en un pueblo donde no hay talleres, más que el del estanco, que le pregunta si tiene gasolina. Al responder que sí, le dice: “Pues está claro. Eso va a ser de la piedra”.
En efecto, falta la encimera. Que es, por cierto, de granito de Porriño. Siendo la cocina de Córdoba (de Lucena, más concretamente), tenía que hacerle un pequeño guiño a Ana.
Si no fuera por los mails de hoy, todavía no pillo tu blog… qué pava!!! La cocina muy bonita, sí señó! Yo también la compré en lucena, que había diferencia tela de pasta. Como diría mi madre “vaya cocina hermosa!”. Ánimo, sólo quedan dormitorio, baños, salón… juas juas juas!
La cocina está super chula!!! Es gigante!!!!
Wenas futura mami. La verdad es que sí, había tela de diferencia en precio entre lo que me pedían aquí en Sevilla y lo que me pedían en Córdoba (que al final era pedirlas en Lucena, vaya, al sitio al que fui). Bueno, salón queda, pero menos (ya pondré fotos), el dormitorio está al 40%, y el resto… tengo años para amueblar la casa… XD
Con la cocina, Carmen, nos ha pasado una cosa curiosa: cuando la vimos vacía, nos pareció pequeña. Pero cuando he llegado hoy al mediodía, y la he visto con el granito y todo… pues me ha dado más sensación de amplitud. A Ana le ha pasado igual. Ah, y a Ana también le ha encantado. Si es que uno tiene buen gusto, qué se le va a hacer…
Me colé de soslayo en tu blog (para eso soy tu tía por parte de madre).
A mí también me ha gustado.
¡Hola tita! Bienvenida. Me alegra que te guste, y ya sabes. A ver si “en persona” te gusta aún más (vamos, ¿qué cuándo vienes de visita?). Tengo que colgar fotos con el granito ya puesto, que queda aún mejor.