¡Argh! Ayer me olvidé el portátil (y el de Ana, iban en la misma funda de portátil) en Córdoba, así que voy a estar una semana desconectado. Vuelta al siglo XX. Y sin móvil (iba en el bolsillo). Ehm… al último tercio del siglo XX. Y… sin reloj (iba también con el móvil). Este… ¿vuelta al siglo XV? Vamos, que voy a tener que saber la hora por la posición del sol…
Pero lo peor de todo es que… ¡no voy a poder ver House! ¡¡Nooooo!!
Estás enganchado!!! Desintoxícate de la tecnología!! Sé libre…
Bufff, la utopía esa de dejar la informática e irse al campo a comer nueces con pasas y hablar con Diox la dejo para las semanas en las que hay entrega.
Pero no te digo que no me venga bien: así estudio más, salgo a hacer deporte, monto maquetitas de satélites Galileo… Pues va a ser que sí, que parezco mi padre cuando deja de fumar…